¡¡¡ OIA !!!

Allá afuera, en ese lugar al que siempre nos negamos a pertenecer, hay un mundo que camina pese a todas las dificultades. Un mundo que tiene reglas que rechazamos y necesidades que ignoramos.

El mundo necesita aún del petróleo como motor de su producción. Las energías renovables, seguramente dueñas del futuro, aún no han sido desarrolladas lo suficiente -ni en cantidad ni en calidad- como para suplantar al negocio que más miles de millones ha movido en los últimos 100 años.

¡¡¡ Oia !!!….Argentina nada en petróleo…pero insiste en ser un productor marginal, con precios artificiales y con una exagerada regulación estatal que la pone fuera de mercado.

El mundo necesita alimentos; y los necesita cada vez más. El ingreso de China en el mercado comprador y el crecimiento constante de la población del planeta plantean entonces todo un desafío hacia adelante y un negocio que ya se posiciona entre los tres más importantes del siglo XXI.

¡¡¡ Oia !!!….Argentina produce alimentos para 400 millones de personas. Y sin embargo no puede dar de comer a los 40 millones de habitantes que posee ni terciar seriamente en el mercado, en los precios ni en las reglas. Toda su producción es aún mayoritariamente primaria y también las regulaciones del estado condicionan la inversión, la siembra y el valor final.

El mundo necesita agua potable…y el agotamiento de las fuentes es de tal magnitud que se supone que para el último tercio del siglo XXI la situación será cuestión de vida o muerte.

¡¡¡ Oia !!!…Argentina es la tercer reserva mundial de agua potable. Y ni siquiera puede proveérsela a su propia población, además de carecer de una legislación protectora de su reserva y una política que entienda que su comercialización ya es un excelente negocio con la venta del agua embotellada y un elemento esencial de la propia soberanía. También el estado tiene aquí, por omisión, responsabilidades primarias en permitir que muchos de los acuíferos que suponen nuestra riqueza hayan caído en manos extranjeras.

El mundo necesita de la minería y especialmente del uranio.  La conversión de las fuentes de energía, el avance de la informática, la robótica y las telecomunicaciones -todas ellas altas consumidoras de minerales- convierte a la industria en una de las más pujantes y generadoras de divisas del siglo.

¡¡¡ Oia !!! la Argentina tiene uno de los subsuelos más ricos del planeta. Y sin embargo no logra darse una ley de minería que ordene el sector, preserve el medio ambiente y garantice que no salgan del país las riquezas sin tratamiento ni valor agregado. Y todo ello, obviamente, es responsabilidad del estado, convertido en las últimas décadas en principal socio de la corrupción que reina en el sector.

Energía, alimentos, agua potable, uranio y minerales. Las cinco claves que, junto con el conocimiento,  definirán las naciones que tendrán acceso al desarrollo, la riqueza y la promoción humana en el siglo XXI.

¡¡¡ Oia !!!….¿no estaremos perdiendo una vez más el tren?.