Con una buena actuación colectiva, el equipo «milrayitas» obtuvo un contundente triunfo ante Quilmes en el clásico por 60-84 y se aseguró un lugar en el Súper 8.
El primer cuarto fue muy opaco y trabado con muchas faltas, libres errados, baja efectividad de campo y poca claridad conceptual de ambos conjuntos. Aunque Leiva incomodó en la pintura, no lo supo usufructuar de manera determinante en favor del equipo. A Quilmes le costó organizar su ofensiva y tampoco pudo aprovechar el desequilibrio de Baxley. Sólo Adrián Boccia aportó algo de lucidez en un trámite de partido muy desordenado (11-14)
El ingreso de Fabián Sahdi resultó positivo para Peñarol con cinco puntos seguidos. En el elenco «cervecero» empezó a intervenir Baxley, pero no encontró los argumentos para sostenerse con solidez. Un tramo de mucha intensidad de Diego Romero en su regreso tras la lesión le dio al Tricolor otra dinámica (con 10 puntos en el cuarto), pero el equipo de Rivero comenzó encontrar mayor certeza ofensiva y siempre dominó las acciones con el tiro externo (Sahdi y Massarelli) ante un Quilmes frustrado (32-44).
Basado en un trabajo de conjunto convincente, Peñarol empezó a mostrarse más dominante. Un triple de Leo Gutiérrez estiró la ventaja a 17 puntos (34-51). En tanto, Quimes perdió a Gallizzi por faltas y siguió siendo irresoluto, sin ideas, ni explosividad. El «milrayitas» se sintió cada vez más cómodo, ganó en confianza y siguió creciendo. Con juego colectivo volvió a sacar 17 (41-58) a 2 minutos del final del período y lo cerró con 20 puntos de luz (43-63).
Peñarol llegó a una máxima de 22 puntos (43-65) en el inicio del último cuarto y Quilmes echó el resto con Baxley y la aparición de Ivory Clark para recortar a 13 puntos (52-65) a 7 minutos del final. De inmediato, Peñarol se rearmó con el regreso de sus titulares y cerró con inteligencia haciendo correr el reloj para cuidar la diferencia.
Crónica: Florencia Cordero
Foto: Ligateunfoto