El equipo marplatense cerrará ante Obras una excursión negativa que empezó con una caída en Río Gallegos ante Hispano en un partido clave y una previsible goleada en contra ante el campeón San Lorenzo.
Peñarol empezó el año con dos caídas y ya lleva diez consecutivas en condición de visitante. Se vuelve a estudiar la posibilidad de realizar cambios en el plantel. Se jugará desde las 21.
Para el equipo marplatense, después de un inicio auspicioso -dos triunfos sobre tres en la primera gira del certamen-, jugar de visitante se ha convertido en un padecimiento. En esa condición lleva apenas esos dos éxitos en trece presentaciones, con diez caídas consecutivas.
El repaso a las estadísticas permite llegar a otras conclusiones. No es sólo que Peñarol ha perdido mucho afuera. Lo peor es que ha caído feo. De las últimas diez derrotas, apenas en una estuvo realmente cerca, el 65-69 sufrido en Junín a manos de Argentino. Cayó por ocho (70-78) ante Bahía Basket, por nueve (60-69) con Quilmes y por diez (85-95) frente a Obras. Las demás fueron por más de una decena de puntos, algunas de ellas muy duras.
Tomando como muestra esa serie de diez partidos, Peñarol ha caído ante sus rivales por una diferencia promedio de 15,8 puntos. Es una enormidad. En uno de esos partidos, excepcionalmente, anotó 85 puntos. En dos de ellos, setenta. En los otros siete estuvo por debajo de esa línea.
Sin sacarle el foco a la defensa -en ese apartado la gran cuestión de esta noche será elegir con qué alero intentar equiparar a Walter Herrmann-, el equipo marplatense apunta en todos los partidos a mejorar su producción ofensiva. Hasta el momento, con flacos resultados.
Las escasas prestaciones en ese apartado de su dupla de extranjeros, Rob Reed y el chileno Sebastián Suárez, los pone bajo la lupa. Ya durante el receso se había evaluado la posibilidad de realizar cambios en el equipo, finalmente desestimada. Pero ahora, a la luz de los últimos rendimientos, vuelve a ser evaluada con mucho detenimiento.
El rival de esta noche, Obras Basket, no es de lo más sencillo para recuperarse. El equipo porteño derrotó a Peñarol en los dos partidos de primera fase. Después de un inicio irregular, fue levantando y subiendo en la tabla de posiciones. Durante el receso, como si fuera poco, sumó un refuerzo.
El equipo de Nicolás Casalánguida aprovechó una de las fichas que tenía libres para sumar al ala-pivote estadounidense Jordan Richard, quien proviene de los Soles de Santo Domingo y llega con antecedentes de sólido defensor. Así completará un juego interno que ya tiene al notable Dennis Horner, al durísimo Martín Leiva y al joven Matías Bortolín.
En consecuencia, como se afirma habitualmente, Peñarol deberá dar pasos adelante en su juego y rendir cerca de su techo para soñar con cortar esta serie negra en condición de visitante.