Piazza: la punta del iceberg sigue emergiendo y nadie quiere verla

RedacciónSiempre hay una excusa, siempre un pretexto. Pero la realidad indica que cada día amanece con decenas de trabajadores en la calle y con una situación desesperante en la ciudad.

El apoderado legal de la firma propietaria de la cafetería Piazza, Fernando Herrera, aseguró que el cierre del local se debió “a una situación de fuerza mayor ajena a la empresa”.

Además, confirmó la intención de “abonar los salarios a los trabajadores y proveedores con los cuales nos ha unido una trayectoria de más de 20 años en la ciudad”.

Herrera remarcó que el cierre del local ubicado en Alem y la costa estuvo “motivado por la negativa del propietario a prorrogar el alquiler”. “Lamentamos esta situación de fuerza mayor ajena a la empresa que nos impone una vez más afrontar contingencias difíciles en esta ciudad”, agregó.

Ahora vendrán las marchas y contramarchas, las propuestas –que nunca llegan a cubrir lo que a los trabajadores les corresponde por ley– y esa única realidad que por ahora parece inmodificable: más y más personas pasan a engrosar la lista de los desocupados.

Pasó en la Boston, pasó con los metalúrgicos, pasó con centenares de empleados de diferentes comercios, con los miles de temporarios que no fueron convocados para esta temporada de verano pese a los rimbombantes anuncios de que será la mejor en muchos años. Pasa en todos los órdenes y todos los rubros. Mar del Plata sigue siendo la capital nacional de la desocupación y los discursos de ocasión no llegan a lograr el objetivo de tapar el sol con las manos.

La comprensión y paciencia de las organizaciones gremiales comienza a chocar con la presión de sus afiliados. la caída de la actividad lesiona el funcionamiento de las obras sociales y la masiva migración de trabajadores a la salud pública -que pasa seguramente por su peor momento- amenaza con una situación de colapso que las autoridades no pueden ni quieren resolver, en nombre de un ajuste inhumano como jamás antes se viera en la Argentina.

Por eso este cierre, uno más, representa mucho más que la caída de una fuente laboral: es un grano de sal en una herida abierta que amenaza con no cicatrizar nunca. Los nuevos paradigmas de la economía, con la acelerada suplantación del hombre por la máquina, dan un tenebroso marco de referencia para lo que sigue.

Cuidado…el abismo está pocos pasos delante nuestro y pareciera que no queremos verlo.