Plan «V»: Vidal duda sobre ser candidata a la presidencia

Por Adrián FreijoSe suman quienes están convencidos de que la gobernadora es la única que podría asegurar el triunfo de Cambiemos. Y desde el peronismo no «K» miran expectantes.

Emilio Monzó y Cristian Ritondo hablan por estos días con mucha más asiduidad que antes. A ambos los une el temor de que la desgastada figura de Mauricio Macri no pueda remontar la cuesta y, entre sus dificultades para asumir un liderazgo y una economía que no muestra señales de recuperarse rápidamente,  se convierta en una vía segura hacia la derrota, aún en primera vuelta.

También los acerca el odio a dos enemigos comunes: Marcos Peña y Jaime Durán Barba, siempre despreciativos cuando de analizar el peso del peronismo en la sociedad se trata. A ellos le imputan dinamitar todos los puentes oportunamente tendidos hacia ese sector, especialmente lo que en los principios de la gestión pudo ser una alianza con Sergio Massa y más acá en el tiempo un acuerdo formal con Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti. Los tres representaban una pata peronista con verdadero apoyo en la gente y una garantía de gobernabilidad que, en el caso del primero, sirvió para sostener en muchas ocasiones a María Eugenia Vidal.

Y por último también los une la necesidad de supervivencia; saben que un triunfo peronista con ellos afuera les angosta hasta lo intransitable su camino dentro del poder. «Roma no paga traidores» se repiten, aunque agregan un muy justicialista «salvo que los necesite».

La mandataria bonaerense se ha negado sistemáticamente a diferenciarse del gobierno nacional. Su orígen PRO y el temor a ser vista como alguien que saca los pies del plato la empujaron a desoír los consejos de ambos operadores y aún de Horacio Rodriguez Larreta quienes coinciden en que el dúo Peña-Durán Barba lo llevan al presidente a un divorcio definitivo con la sociedad.

Si hasta Federico Salvai, el hoy todopoderoso jefe de gabinete provincial que no puede por cierto ser tildado de peronista, la empujó en los últimos días a tomar medidas complementarias a las anunciadas en la nación para poner en evidencia que en su distrito la preocupación por la situación de la gente transcurre por lugares más sólidos y cercanas a la realidad.

Las últimas encuestas -especialmente la publicada por Isonomía, la consultora preferida en Balcarce 50 y que no pocas veces ha sido contratada por la Jefatura de Gabinete- en las que Macri pierde en todos los escenarios posibles y aún con Cristina Fernández por amplio margen– han producido una efecto tsunami en los campamentos de Cambiemos y lograron que las cosas no estén hoy tan claras como hace unas semanas.

Analizan los diferentes resultados electorales en las provincias, la segura derrota en Córdoba por la impericia de los cerebros que rodean a Macri a la hora de evitar la ruptura entre Mestre y Negri y la situación catastrófica de la alianza en distritos importantes como Mar del Plata -fundamental para retener a la gigantesca Buenos Aires- donde Cambiemos se encuentra implosionado, y llegan a dos conclusiones  inmodificables: al oficialismo ya no le alcanza con los radicales y los peronistas buscan «refuerzos» para sacarse definitivamente de encima a Cristina y sus fanáticos.

Y aunque no siempre sea así, a veces también en política «dos más dos puede dar cuatro». Flojedades comunes y necesidades compartidas empujan ahora a un amplio sector del PRO y al peronismo a mirar con otros ojos la posibilidad de caminar juntos.

«Solo si Mauricio anuncia que, por motivos que él resolverá, ha decidido no ser candidato en octubre» respondió este jueves María Eugenia Vidal a los requerimientos de sus asesores políticos para que tome una definición con respecto a ir por el premio mayor. Le habían acercado una encuesta, la enésima, que mostraba una muy amplia diferencia a su favor en los números de intención de voto frente a cualquier contendiente, incluido el primer mandatario,  que lame sus heridas descansando en Córdoba y que por momento parece alejado de la realidad y del principal escenario…

Por primera vez no se encontraron con una negativa cerrada y ello, junto con cuestionamientos que saben que ya está padeciendo el «dúo dinámico» de La Rosada por sus errores estratégicos, les abrió una puerta a la esperanza de volcar con la gobernadora un escenario que todos consideran muy deteriorado.

«A Mauricio lo acompañamos hasta la puerta del sepulcro…pero después nos vamos; no hay resurrección para quien insiste en quedarse adentro» decían tras el cónclave asumiendo el espíritu de Semana Santa.

Y coincidieron con que la fecha es mayo…

Se verá.