Por un momento el país volvió a ser civilizado: Cobos, Sanz, Massa y Binner, juntos

Cuatro candidatos, cuatro expectativas, y sin embargo fueron capaces de compartir escenario y hablar franca y seriamente.¿Será tan difícil imaginar un país en ese tono?

Los ejecutivos que tomaron parte del 50 Coloquio Anual del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA) retornaron a sus casas con la sensación palpable de un cambio de época en el país.
Algunos sostienen que la foto final del encuentro, con los presidenciables Ernesto Sanz, Sergio Massa, Hermes Binner y Julio Cobos, frente a los asistentes, luego de un debate donde no hubo chicanas, es una imagen de lo que puede venir.
Lo que está por delante son amplios acuerdos para encarar un programa económico que, a decir de los referentes de los partidos que hablaron en IDEA, será de cuatro años de ajuste gradual para volver hacia una inflación de un dígito.
Desde ahora, los principales cuadros directivos tendrán un escenario un poco más claro de lo que va a pasar a partir del 10 de diciembre del 2015. Casi todos los que están en condiciones de ganar las elecciones coinciden en sus políticas.
Combate a la inflación, arreglo con los holdouts, retorno a los mercados de capitales, rebaja de retenciones al campo, reducción de subsidios y medidas para favorecer a la inversión, es lo que todos han dicho y lo que queda es elegir al político que pueda llevar a cabo el programa.
Inútiles y hasta contraproducentes para las intenciones del gobierno fueron las duras críticas del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien acusó de carecer de ideas y de mentir con cifras. Solo lograron poner más en los medios a la reunión de Mar del Plata.
De igual modo que el contracoloquio que cerró el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que pasó casi como una curiosidad.
La agenda del encuentro, salpicada con temas de contenido social pero de fuerte preocupación, como el narcotráfico y la educación y la responsabilidad social empresaria, muestran también un cambio en los intereses de la clase dirigente.
Lo que logró IDEA en el Coloquio 50 fue el retorno a un espacio de protagonismo y de instalación de temas, situación que había perdido por lo menos desde 2006, año en que un ministro de Economía estuvo por última vez. Fue Roberto Lavagna.
Como un dato disonante del encuentro, quedaron de manifiesto lo que aparecen como algunas diferencias internas entre la conducción de IDEA, encarnada por Miguel Blanco, y la presidenta de General Motors, Isella Constantini, que presidió el Coloquio.
Luego del duro discurso de la apertura del miércoles y de las declaraciones posteriores de Blanco contra las políticas del gobierno, la empresaria brasileña salió a marcar espacios. En declaraciones a varias radios dijo que ese tono de Blanco, «no era el espíritu del Coloquio».
Diferencias internas que pueden surgir a partir de la situación diferente que tienen las empresas frente al gobierno, explicaba un decano asistente a estos encuentros.
Constantini debe velar por los interés de GM, empresa automotriz que hoy depende de la voluntad del gobierno para conseguir dólares que le permitan mantener importaciones necesarias para producir autos.
Y Blanco, cuya empresa de origen es la prepaga Swiss Medical, en permanente batalla con Axel Kicillof y Augusto Costa para conseguir incrementos de tarifas para sus servicios.
DyN