Prefectura en Mar del Plata: «Miente, miente, que algo quedará»

Por Adrián FreijoSin límite alguno a la hora de rasguñar votos para evitar una nueva debacle, el Frente de Todos elige la mentira para referirse a una cuestión tan delicada como la inseguridad.

Ya es hora de salir al cruce al viejo apotegma que sostiene que «en política todo vale». Porque no es cierto y de aceptarlo estaremos asestando una puñalada mortal al corazón de una actividad que, desde la más remota antigüedad, es el arma principal que tiene el hombre para administrar la vida en sociedad, acordar reglas mínimas de convivencia y gobernar para el conjunto de individualidades que no siempre piensan en igual sentido.

Por eso ya no debemos dejar pasar la mentira, ni siquiera aquella a la que puede considerarse mera picardía de campaña, y salir al cruce de todo lo que sea ideado para engañar a la comunidad.

El Frente de Todos, que a lo largo y a lo ancho del país muestra la cara de la desesperación y la improvisación como único arma para lograr revertir el enojo del electorado por la mala gestión realizada y por su impertinente pretensión de instalar una agenda pública que nada tiene que ver con las prioridades de la gente, utiliza ahora un tema tan delicado como la seguridad para pretender sacar ventaja de la única manera que el mal gobernante sabe hacerlo: poniendo en el otro la responsabilidad por las propias defecciones.

Un culpable y un pretexto han sido históricamente los dos elementos que el mediocre ha utilizado para lavar culpas propias y pretender que nada tiene de culpa por lo que anda mal o representa un fracaso.

“El gobierno de Montenegro no gestiona en ningún área, tampoco en la seguridad, que es la que supuestamente ‘maneja’ y con la que había hecho campaña, diciendo que iba a gobernar desde las cámaras del COM. Tomó el tema como propio pero cuando la situación de inseguridad empeoró en la ciudad, sin un plan diseñado para desplegar en el territorio estratégicamente desde su gobierno, sus concejales y funcionarios empezaron a reclamar llegada de fuerzas federales” reza el comunicado que el kirchnerismo dio a conocer hace pocas horas y en el que pretende mostrarse como responsable de la llegada a Mar del Plata de un centenar de efectivos de la Prefectura Nacional, que en realidad no son más de ochenta, para fortalecer el operativo de seguridad.

Una vez más se pretende tratar a marplatenses y batanenses de estúpidos. De otra forma no se entiende que con sus afirmaciones los ediles del Frente de Todos omitan cosas que todos sabemos y todos recordamos.

Como por ejemplo que en febrero de 2020, apenas un mes después de la asunción de Guillermo Montenegro y en plena temporada de verano, el gobierno nacional dispuso el retiro de los 500 efectivos de gendarmería que tenían asiento en la ciudad lesionando seriamente todo el operativo montado para combatir el delito. Hoy se jactan de reponer menos de un 20% de aquella cantidad.

Omiten también que Mar del Plata tenía aprobada una Escuela de Gendarmes, por un decreto del gobierno anterior, que la administración de Alberto Fernández derogó privando a General Pueyrredón de la posibilidad de ser cabecera de un amplio programa de formación que redundaría en la presencia de centenares de efectivos formados al amparo de la realidad regional. Y quienes hoy se arrogan méritos inexistentes guardaron silencio y no aprobaron ninguno de los proyectos tendientes a recatar aquella iniciativa.

Callan intencionadamente que fue el bloque que representan el que rechazó en el Concejo Deliberante el proyecto de comunicación solicitando el retorno a la ciudad de las fuerzas desplazadas. Por mezquindad política se negaron a acompañar las gestiones del intendente, muchas y reiteradas, solicitando al gobierno nacional la revisión de aquella medida desproporcionada e inconsulta.

Y parecen olvidar -tan preocupados como se muestran en el tema- que tampoco acompañaron la declaración que alertaba sobre la liberación indiscriminada de presos con el pretexto de la pandemia y que devolvió a las calles de la ciudad de decenas de delincuentes que en no pocos casos volvieron a cometer ilícitos.

Todo un rosario de actitudes en contra de los marplatenses, por el equivocado criterio de que a los jefes políticos hay que acompañarlos hasta cuando con sus caprichos y atropellos ponen en riesgo la vida y los bienes de los vecinos de una de las ciudades más importantes del país.

«Tratamos de ayudar en lo que esté a nuestro alcance, pero la mala gestión de Montenegro en seguridad local es la queja constante” dicen desde el espacio opositor. ¿Le cuentan a esos quejosos vecinos que fueron ellos los que apoyaron el retiro de los gendarmes, la libertad de los presos, la caída del proyecto de Escuela de Gendarmes y rechazaron votar la solicitud del regreso de fuerzas federales a la ciudad?. Porque callar es también una forma de faltar a la verdad…

Pero claro, ahora se acercan las elecciones y parece que todo es válido a la hora de salir a «recolectar» votos; hasta mentir con alevosía y especular con la desmemoria de la gente que, por responsabilidad de tanta mala praxis política, esta abocada a la dolorosa tarea de subsistir en medio de tanto desmán conceptual, errores y caprichosas luchas por el poder que el kirchnerismo no pudo resolver en el triunfo y ha estallado hasta la impudicia en la derrota.

Miente que algo quedará, decía un personaje de triste memoria.

Miente que nada cambiará, debería ser la respuesta de los vecinos de Mar del Plata y Batán ante esta engañifa de poca monta y corto vuelo.