ALBERTO DOMINADO POR SU INCONTINENCIA VERBAL

El presidente sostuvo que «no va a haber acuerdo con el Fondo que detenga el crecimiento que vamos a imponer». ¿Y si se abandonara la costumbre de la soberbia y diéramos paso a la moderación?.

 

No hay nada que hacerle: el presidente gusta de los discursos altisonantes, las actitudes sobreactuadas y de aquellas que se alejen de la prudencia y sobriedad que debería caracterizarlo como gobernante de un país plagado de problemas, arrasado por sus carencias y necesitado de la ayuda externa para tan solo evitar un estallido.

Para Alberto Fernández todo debe ubicarse en el terreno de la épica y en su afán de hablar solo para los propios va gastando su imagen frente a la mayoría de los argentinos -que buscamos un mandatario serio y no un superhéroe de capirote que juega a atajar penales y solo se hace goles en contra- anonadados ante tanta incoherencia y pérdida de contacto con la realidad.

Ahora sostuvo que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para pagar una deuda «tomada con una irresponsabilidad increíble» no va a detener «el crecimiento del país» y aseguró que tampoco frenará «el incremento de las jubilaciones» o el aumento del presupuesto real destinado a la obra pública.

«Vamos a hacer más obras, la inversión en obra pública va a crecer y no va a haber acuerdo con el Fondo que detenga el crecimiento que vamos a imponer. Que los jubilados estén muy tranquilos, seguiremos trabajando para que mejoren día a día, No hay ningún acuerdo que diga que vamos a frenar el incremento de las jubilaciones» señaló, justo el día en el que se conoció que desde el organismo multinacional se frenó la firma del documento final y se exigió al país un mayor ajuste fiscal que deberá ser aceptado sin cuestionamientos -ya no queda margen para postergar la cuestión- lo que obligará, entre otras cosas, a revisar la ya decreciente cantidad de obras públicas previstas para el ni siquiera aprobado presupuesto 2022.

¿Para qué fanfarronear?, ¿para qué correr el riesgo de que los acreedores sospechen que Argentina se prepara a otro de los gigantescos incumplimientos que la han caracterizado a lo largo de su historia?, ¿para qué atar el futuro inmediato de todos los argentinos a esta estudiantina berreta y demagógica de emitir sonidos todo el tiempo sin medir el contenido de las palabras?.

Alberto dice cosas que rozan el delirio -¿después de tantos años y crisis en serio piensa que alguien va a creerle que será su gobierno el que le imponga condiciones al FMI, a los EEUU y a los inversores mundiales?- y esos delirios le hacen mal a la Argentina.

Por favor…que alguien lo llame a silencio.