Los candidatos presidenciales con serias posibilidades de llegar al poder saben que desde el primer día deberán afrontar y resolver problemas que condicionarán su futuro. ¿Cómo lo harán?
Tal vez Daniel Scioli y Mauricio Macri no piensen tan distinto en lo referido al diagnóstico de los problemas económicos del país. En lo que seguramente no están de acuerdo es en la velocidad con que estos deben ser resueltos.
Mientras el candidato del oficialismo es partidario de un retorno lento y gradual a las variantes que puedan hacer retornar la actividad económica, hoy limitada a un consumo artificial de corto plazo, el líder del PRO intentará volver rápidamente a la competitividad en el mercado externo, convencido de que sólo el ingreso genuino de divisas y la inversión traerán el crecimiento del país y de la gente.
Dólar e inflación son los temas centrales a resolver para cualquier arranque. Veamos que piensa hacer cada uno de los dos presidenciables con más fuerza y en cuanto tiempo lo proyectan.
1 – ¿Ajuste o corrección gradual?
Daniel Sclioli: con asesores como Mario Blejer y Miguel Bein, tendería a priorizar el dinamismo de la actividad económica. Mostraría más paciencia a la hora de recuperar el equilibrio fiscal.
Mauricio Macri: se volcaría a una recuperación del superávit fiscal más rápida. Esto incluye una revisión total del esquema de subsidios y tarifas, mucho más veloz que la que puede llegar a encarar el ex motonauta.
2 – Dólar
Daniel Scioli: propondría una devaluación lenta y gradual, de manera de no encarecer significantemente el costo de vida. Además, no iría tan lejos en la depreciación del peso.
Mauricio Macri: recurriría a una política más de shock para ganar competitividad en el corto plazo. No sólo lo haría de forma más rápida, sino que llevaría el valor de la moneda local a niveles más bajos con tal de recuperar el equilibrio cambiario.
3 – Inflación
Daniel Scioli: el Banco Central seguiría jugando un rol clave en la financiación del Ejecutivo, continuando con la elevada impresión de moneda. Esto suele ser combustible para el aumento del costo de vida, vía ampliación de la base monetaria (dinero circulante más depósitos a la vista).
Mauricio Macri: uno de sus asesores económicos –Federico Struzenegger- presentó, hace algunos años ya, la idea de un plan gradual con metas para reducir la inflación. Paulatinamente se abandonaría al Banco Centrar como financista. Incluso, es de esperar una modificación de la Carta Orgánica de la entidad, para terminar con el rol heterodoxo que hoy se le da.
Ambos saben que equivocarse será fatal para cualquier administración y no pueden saber cuanto tiempo ni cuanta paciencia social van a poder disfrutar sin que comiencen las presiones y las quejas.
Argentina estará comenzando un ciclo con viejos problemas sin resolver –por ejemplo un gremialismo acostumbrado a “apretar” gobiernos no peronistas o que rechacen sus demandas– y nuevas realidades aún difíciles de mensurar, como será el núcleo duro del cristinismo queriendo imponer condiciones y enquistado en toda la organización del estado.
Más vale entonces no elegir el camino incorrecto…