Cuando hace carne aquello de «hecha la ley, hecha la trampa»

¿Para dónde miran las autoridades?, ¿cuál es el grado de debilidad de una ciudad a la que cualquiera le toma el pelo?. Cocodrilo fue prohibido pero abre con otro nombre y además fanfarroneando.

Por razones políticas el intendente autorizó las famosas palmeras de Urribarri. Y al final todos tuvimos que hacernos cargo con nuestros impuestos de corregir semejante disparate.

¿Qué interés existe detrás de toda la puesta en escena, plagada de discursos moralistas, que terminó prohibiendo la instalación de Cocodrilo -un boliche eternamente sospechado de promover la prostitución- bajo el paraguas de la defensa de la moral ciudadana y la lucha contra la trata de personas?.

Los mismos responsables, con una publicidad que no deja lugar a ninguna duda acerca de ello, anuncian que el sábado abrirán en la misma ubicación…con el nombre de COCO BEACH.

Y para que no quede duda alguna agregan en su tarjeta invitación  la frase «Porque la única pelea que se pierde es la que se abandona».

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Pues bien, parece que de alguna manera lograron sortear la prohibición y están felices y agrandados por ello.

PERO LOS MARPLATENSES NECESITAMOS SABER COMO LO HICIERON Y TENEMOS EL DERECHO A EXIGIR DE LAS AUTORIDADES UNA RÁPIDA INTERVENCIÓN QUE, ENTRE MUCHAS OTRAS COSAS, EVITE INSTALAR UN ESTADO DE SOSPECHA GENERALIZADA QUE EN NADA AYUDARÁ A LA RELACIÓN DE CONFIANZA ENTRE GOBERNANTES Y GOBERNADOS.

Porque hay personas explotadas de por medio y porque cuando los ciudadanos hablamos de la generación de puestos de trabajo nos estamos refiriendo claramente a otra cosa.

Y porque todo esto huele a podrido…y ya estamos cansados de tener que taparnos la nariz, cerrar los ojos y dejar que los «malos» -de arriba y de abajo- se salgan siempre con la suya y sigan enriqueciéndose de la miseria humana y la corrupción.

Esperamos una respuesta.