Rusia 2018: tres ganadores en un mundial que barajó de nuevo

Por José Luis Ponsico (*) Francia como campeón, Vladimir Putín mostrando un país que sorprendió al mundo y la pelota parada como guía de una nueva era futbolística ocuparon el podio.

José Luis Ponsico

El Mundial de Rusia costó algo más de 15 mil millones de dólares. Parecía que al premier Vladimir Putín, dos décadas de liderazgo en la post Unión Soviética, el resultado le podía ser incierto. Brasil 2014 invirtió algo menos de 10 mil millones y no los recuperó.  Hubo costo político.

A Dilma Rousseff el magno certamen, signado por la increíble goleada de Alemania a Brasil  7-1, todo indica -a juzgar por los resultados que siguieron- en el escenario polìtico jugó en contra. Hasta un ídolo, «Chapulín» Romario, criticó los gastos del Mundial 2014.

Todo mal: Brasil 2014, quebranto económico y deportivo

Ahora,  Rusia tuvo «superávit». Alcanzó a 6 mil millones de dólares en un balance no sólo deportivo. En lo político al líder Putín, sirvió para exhibir una capacidad organizativa pocas veces observada y desde lo deportivo el saldo positivo. Los rusos cayeron por penales.

Francia ganó el Mundial invicta. Curiosamente, rivales complicados, Australia (2-1) gol de «carambola» de Paul Pogbá faltando ocho minutos dió el triunfo en la presentación. Luego,
1 a 0 al bravo Perú del «Tigre» Ricardo Gareca. Hasta la segunda fecha no era candidata

Rusia 2018: resultado redondo para Putín y su liderazgo

Vladimir Putín prolongó las visas turísticas. Más de tres millones de turistas visitaron la nueva Rusia, lejos de los tristezas que mostraron muchas películas -la industria del cine de Estados Unidos- de los países bajo el control del Estado soviético, el Este europeo.

Durante los 50, 60 y 70 el cine blanco y negro mostró países «tristes». De pronto, imágenes que llegaron del drama de Hungría del 56 -la invasión de tanques soviéticos por la rebelión húngara- o la «Primavera de Praga», Checoslovaquia en el 68. El duro «cerrojo» en el Este.

Osvaldo Zubeldía: el precursor de la pelota parada en Estudiantes

Los rostros en Bulgaria, Rumania, la ex Yugoslavia a la muerte del «Mariscal Tito», la guerra fraticida Kosovo, Croacia, Serbia, Montenegro, la llamada «desintegración», contrastó con
la Rusia del Mundial. Imágenes de alegrías, un clima de fiesta. Hinchadas mezcladas.

La otra curiosidad, la eficacia de la llamada «la pelota parada». Un recurso muy argentino. Tal vez puesto en marcha por el genial Osvaldo Zubeldía, técnico de Estudiantes de La Plata, desde 1965. Esto es, el centro por córner o tiro libre desde los costados.

Pelota parada, cabezazo de Verón y Old Trafford mudo ante Estudiantes campeón.

Según Carlos Bilardo, el recordado Zubeldía -nacido en Junín en 1927, llegado a Vélez en el 49, un paso corto por Boca en el 56; mediocampista organizador- luego DT -«el adelantado nos hacía practicar 40 minutos al final de los entrenamientos», comentó más de una vez.

El popular «Narigón» se recupera de una afección neurológica, describió siempre que el zurdo Raúl Madero «los mandaba con «comba» desde la izquierda; dos iban al primer palo y el tercero ingresaba por atrás», en la descripción.

Lo curioso es que Estudiantes de La Plata «durmió» al Manchester United -los ingleses fueron inventores del fútbol hacia 1863- en el 68 con dos goles de «pelota parada». Córner de Felipe Ribaudo en «La Bombonera». Ramón Aguirre Suárez y Juan Ramón Verón al «primer palo»;  ingresó por detrás, libre, Marcos Conigliaro. Cabezazo y Estudiantes viajó a Old Trafford con la mínima ventaja. Zubeldía tenía algo lesionado a Eduardo Flores. Metió al ubico Néstor Togneri, mediocampista de marca, para bloquear al genial Robert «Bobby» Charlton.

A los diez minutos, tiro libre para el «pincha», sobre la izquierda. Madero, «comba», centro pasado. Al primer palo, Marcos Conigliaro. Al revés del partido de ida. Por atrás «la Bruja» Verón. Cabezazo cruzado y 1 a 0, en Inglaterra. Sobre el final empató Manchester United.

Estudiantes, club «chico», fútbol «grande» trajo el título Mundial de Interclubes en el 68 con goles de «laboratorio». Eso, lo expuso a Zubeldía como «promotor de anti-fútbol». Al extremo que los mentores «del fútbol que le gusta a la gente» no reconocen el «recurso zubeldiano».

Más de 50% de los goles -último mundial- llegaron por esa vía. El recuerdo de Zubeldía agigantado. En los dos últimos, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, «el recurso» rozó el 40%. Igual, Horacio Pagani -reconocido anti bilardista- escribió 80 líneas, pero no hubo ni siquiera «una» para el poco reconocido «Huevo» Zubeldía. Cosas veredes.

(*) Columnista de La Señal Medios, Libre Expresión y Mundo Amateur.