Se los llevaron de noche: los deportistas marplatense que emigraron a las grandes ligas

Por José Luis Ponsico (*) – Desde los´80, emigraron Burgos, Esnaider, Erviti, Giuntini, Amato, Vuoso, más cerca «Dibu» Martínez, «Pato» Garino, Buendía y Fresno.

«Se los llevaron de noche». La expresión popular pertenece al periodista e historiador Armando Fuselli, conversación con el autor de éstas líneas sobre la «cantera» marplatense. Desde mediados de los´80 emigraron Germán Burgos, Juan Esnaider, Wálter Erviti, Gabriel Amato, Matías Vuoso al fútbol «grande». Luego transferidos al exterior.

La «cantera» marplatense produjo otros hallazgos en el fútbol, al mismo tiempo Alejandro Giuntini, Christián Menéndez, Diego Lagos, el «Ruso» Diego Rodríguez. Más cerca en el tiempo Emiliano «Dibu» Martínez y otro Emiliano, el pibe Buendía. En el básquetbol el impacto lo dió Patricio «Pato» Garino.

El colega y amigo, también autor de novelas premiadas, abundaba en su expresión: «Lo notable de todo es que aquí, salvo sus familiares, nadie los vió jugar. La mayoría llegó a la selección nacional. Varios triunfaron en Europa. Se los llevaron de noche», advirtió el «Negro» Fuselli.

Germán Burgos, con 16 años, llegó a Ferro Carril Oeste, del modesto club Florida de Mar del Plata. En la misma época, Juan Esnaider de Cadetes de San Martín a Ferro, Real Madrid, Zaragoza, River, Ñuls. Ambos integraron la selección nacional. Esnaider surgió de un Sudamericano Juvenil en Chile, 1991.

El habilidoso zurdo Wálter Erviti, la gran promesa de Talleres Fútbol Club del Puerto llevado por un ícono del fútbol marplatense, Roberto Gonzalo, lateral derecho -considerado en los´60 y 70 uno de los mejores de la historia del fútbol local- Talleres, Deportivo Español, Gimnasia y Esgrima La Plata. Luego Jujuy.

Gonzalo lo llevaba a River. Tiempos del brasileño «Delem» en inferiores. Erviti imaginaba «tapado» en tiempos de Ariel Ortega, Marcelo Gallardo, Hernán Crespo, «Juanjo» Borrelli, Wálter Silvani. Gonzalo lo llevó a Deportivo Español. En un amistoso el zurdo Erviti la «rompió», 17 años, contra San Lorenzo.

No se puso nunca más la camiseta de Español sí la clásica de San Lorenzo con el número «11» lo ubicó enseguida con 18 años en la Primera. El «dream team» del ingeniero Manuel Pellegrini ganó el Clausura 01 y Erviti resultó una de las figuras. Cuando cumplió 19 se lo llevó Morelia, México. También campeón.

Gabriel Amato hizo inferiores en Kimberley. A los 15 años con un físico muy desarrollado impactaba por su potencia en divisiones menores. Primero Gimnasia y Esgrima, luego Boca Jrs., Independiente, River para llegar a España, donde alcanzó dimensión en Sevilla, siendo goleador en el Betis. El club popular.

Contemporáneo de Alejandro Giuntini, lamentablemente fallecido antes de cumplir 50 años de edad, «Gaby» Amato lo enfrentó en torneos juveniles de Mar del Plata y luego cuando el central ganó en el 92 como titular en el Boca Jrs. del «Maestro» Oscar Wáshington Tabárez.

Por entonces, otro delantero intenso, gran potencia física, saltaba de inferiores de Aldosivi y llegaba a Independiente, Avellaneda: ahora nacionalizado mexicano, Matías Vuoso. Apellido con rica historia en el club del Puerto, tiempos de Salvador «Tatore» Vuoso, 87 años. Autor de 200 goles en los´50 y 60.

Más cerca viajaron a Lanús dos atacantes que formaron parte del plantel que más tarde logró el título con Ramón Cabrero. Los chicos Christián Menéndez, un «trotamundo» con ciclo exitoso en el Emelec, Ecuador y Diego Lagos, que emigró pronto del club «granate». Surgidos de San Lorenzo local.

De la misma generación el arquero Diego «Ruso» Rodríguez antecesor en Independiente de la figura que hoy triunfa en Inglaterra, Emiliano «Dibu» Martínez. Formado en el «Rojo» por una gloria del arco, Miguel Angel Santoro. Lo vieron en un Sub 17 y se lo llevó el fútbol inglés. «Pepé» Santoro si segundo padre.

En el caso del «Dibu» 1.95 estatura, notables aptitudes, no sólo no lo vieron en Mar del Plata. Tampoco lo disfrutaron en el club Independiente de Avellaneda. El «1» con cosas de Amadeo Carrizo cuando tenía su edad, «pasó de largo». Una hazaña.

Mientras Martínez se destacaba entre los juveniles de Mar del Plata, en el Club Teléfonos, otro pibe de gran estatura a los 16 años, aparecía como promesa en el básquetbol: el consagrado Patricio «Pato» Garino que enseguida fichó para Unión que ya tenía un centenar de adolescentes practicando.

Estados Unidos le abrió hace mucho las puertas con becas deportivas a las promesas deportivas  de la región denominado del Cono Sur. Recientemente las páginas del diario «La Nación» reprodujeron notas de Medios estadounidenses. Aquí Fuselli diría: «Las Universidades también se los llevan de noche».

«El chico o adolescente seleccionado tras videos de los captadores de talentos, llegan para quedarse a vivir mientras dure el curso universitario y son destinados al deporte por el talento de cada becado. Los costos en cada caso superan los 40 mil dólares anuales.

Incluyó en el caso de Garino, alojamiento, libros, comidas, traslados, paseos. Lo que significa estudiar en una Universidad norteamericana, algo imposible, se intuye, para la familia de Patricio, cuando el pibe asomaba en el Club Teléfonos, siendo llamado desde la casa de altos estudios de Wáshington.

El Lungo Garino 1.98, partió con 16 años -ahora tiene 29- para jugar en distintos clubes de EE.UU. más tarde en España, Baskonia y recientemente en Francia, Nanterre. Recorrido que está haciendo Lucas Fresno, otra promesa marplatense, ex Sporting, ahora en Roma, Italia. Con apenas 19 años.

En el mismo año de la salida del pibe Fresno que a los 16 años alcanzaba 1.90 de estatura, para orgullo de su abuelo, Norberto «Picho» Fresno, ex rugbier de Pueyrredón Rugby Club con un ciclo en Unión, en el básquetbol de Primera, ahora el nieto brilla en Roma, Italia.

Emiliano Buendía camino a Europa en la misma senda. El futbolista que sorprendió a todos cuando Lionel Scaloni lo convocó para la selección nacional, vive la misma ilusión de todos los citados. Los que se fueron de noche y «la rompieron». El deporte es pasión y un futuro de millonarios.

¡Pensar que durante décadas se pensaba que Mar del Plata solamente era un balneario turístico de hermosas playas y paisajes, con una vida para los pobladores dedicada al ocio, en medio de un Casino para apostadores intensos y de atractivo por la Pesca y los alfajores!

(*) Columnista La Señal Medios, Libre Expresión, Mundo Amateur y Agencia Nacional y Popular