Semana Santa 1987: el día en el que todos estuvimos codo a codo

El levantamiento «carapintada» logró unir a todos los argentinos sin distinción. En Mar del Plata se llevó adelante una marcha de la que participó la por entonces naciente UVI. Y hubo mucho más.

La Unión Vecinal Independiente (UVI) aquel primer partido vecinal que tuvo Mar del Plata, estaba naciendo a la vida pública. Duramente enfrentado con el oficialismo de entonces, la agrupación sufría los más duros embates que, en forma de censura o descalificación, hacían lo imposible para cortarle el paso hacia su participación en los comicios de octubre de ese año.

Pero ocurrió el levantamiento de Semana Santa y nadie dudó de que lado debía pararse en defensa de la democracia.

Concentrados más de un millar de ciudadanos en la esquina de San Luis y Peatonal –ya por entonces convertida en la cita obligada de los «uvistas»– se realizó un multitudinario acto previo a marchar al municipio. El entonces intendente Angel Roig había citado al pueblo de la ciudad a defender la democracia y a los partidos con representación legislativa a firmar un documento al respecto.

«Hoy no es momento para divisiones» comenzó diciendo Adrián Freijo, presidente y líder de la UVI, «frente al peligro de una vuelta al pasado todos tenemos la obligación, en cada lugar de la república, de pararnos junto al presidente Alfonsín y dar la vida, si ello fuese necesario, para que de una vez por todas los autoritarios sepan que ya no hay espacio para ellos en la Argentina».

Freijo: «todos con la democracia y a dar la vida si hace falta»

«Marchemos juntos para unirnos a las demás fuerzas políticas y a los ciudadanos de Mar del Plata» continuó, «y que todos vean que la Unión Vecinal ya es parte indisoluble del sistema democrático y que somos parte e interlocución de los problemas de la sociedad».

Cuando la columna de la UVI llegó a las puertas del municipio, fue notorio que se trataba de la más numerosa de todas las que lo hacían con organización previa. Y un cálido aplauso, surgido espontáneamente de las filas de la Juventud Radical -seguramente el más enconado de los sectores que enfrentaban entonces a la fuerza vecinal- selló el momento histórico de la aceptación del partido en sociedad.

Tanto fue así que minutos después, y pese a que la invitación a firmar el documento en defensa de la democracia había sido entregada a todos los partidos con representación parlamentaria, el jefe comunal mandó llamar al presidente de la UVI y personalmente lo instó a rubricar el mismo: «hoy es un día para estar todos unidos, y la presencia de ustedes en este acto no puede ser pasada por alto». 

La democracia se salvó, el país volvió a sus cosas y la Unión Vecinal Independiente fue parte activa del sistema político marplatense hasta su disolución en 1995.

Recuerdos de un día inolvidable para todos.