El levantamiento «carapintada» logró unir a todos los argentinos sin distinción. En Mar del Plata se llevó adelante una marcha de la que participó la por entonces naciente UVI. Y hubo mucho más.
La Unión Vecinal Independiente (UVI) aquel primer partido vecinal que tuvo Mar del Plata, estaba naciendo a la vida pública. Duramente enfrentado con el oficialismo de entonces, la agrupación sufría los más duros embates que, en forma de censura o descalificación, hacían lo imposible para cortarle el paso hacia su participación en los comicios de octubre de ese año.
Pero ocurrió el levantamiento de Semana Santa y nadie dudó de que lado debía pararse en defensa de la democracia.
Concentrados más de un millar de ciudadanos en la esquina de San Luis y Peatonal –ya por entonces convertida en la cita obligada de los «uvistas»– se realizó un multitudinario acto previo a marchar al municipio. El entonces intendente Angel Roig había citado al pueblo de la ciudad a defender la democracia y a los partidos con representación legislativa a firmar un documento al respecto.
«Hoy no es momento para divisiones» comenzó diciendo Adrián Freijo, presidente y líder de la UVI, «frente al peligro de una vuelta al pasado todos tenemos la obligación, en cada lugar de la república, de pararnos junto al presidente Alfonsín y dar la vida, si ello fuese necesario, para que de una vez por todas los autoritarios sepan que ya no hay espacio para ellos en la Argentina».
«Marchemos juntos para unirnos a las demás fuerzas políticas y a los ciudadanos de Mar del Plata» continuó, «y que todos vean que la Unión Vecinal ya es parte indisoluble del sistema democrático y que somos parte e interlocución de los problemas de la sociedad».
Cuando la columna de la UVI llegó a las puertas del municipio, fue notorio que se trataba de la más numerosa de todas las que lo hacían con organización previa. Y un cálido aplauso, surgido espontáneamente de las filas de la Juventud Radical -seguramente el más enconado de los sectores que enfrentaban entonces a la fuerza vecinal- selló el momento histórico de la aceptación del partido en sociedad.
Tanto fue así que minutos después, y pese a que la invitación a firmar el documento en defensa de la democracia había sido entregada a todos los partidos con representación parlamentaria, el jefe comunal mandó llamar al presidente de la UVI y personalmente lo instó a rubricar el mismo: «hoy es un día para estar todos unidos, y la presencia de ustedes en este acto no puede ser pasada por alto».
La democracia se salvó, el país volvió a sus cosas y la Unión Vecinal Independiente fue parte activa del sistema político marplatense hasta su disolución en 1995.
Recuerdos de un día inolvidable para todos.