Tarifas, tasas e impuestos: el mañana siempre llega

RedacciónEn los meses de «colchón» que el gobierno tuvo para hacer comprender el ajuste, sus funcionarios actuaron con soberbia e impericia. Ahora, boletas en mano, la gente trina.

Una cosa es decir en marzo que la boleta de luz llegará con un 400% de aumento y otra es que por debajo de la puerta te dejen una factura que comprueba aquel aserto y te avisen que tenes diez días para pagarla…o vivir a oscuras.

Para la discusión de café es un tema interesante que las tasas municipales suban por encima del 700% promedio. Pero es algo muy distinto cuando te ves con tu boleta en la mano y tomas nota que lo que deberas pagar supone todo el presupuesto mensual que vos reservabas para salir a comer con la familia, lavar el auto o para esa escapada de fútbol y asado con los amigos. Tendrás que elegir…vivir como te gusta o ver ondear la bandera de remate en tu casa.

En medio de esas cavilaciones te informarán que el colegio de tu hijo subió entre un 25 y un 40%, que la nafta ya subió un 40% y que dentro de 30 días costará un 20% más, que el seguro de tu auto vale hoy un 70% más que hace dos meses, que el gas subió un 700% en lo que va del año, que el Impuesto Inmobiliario subió un 40% pero sobre una casa que te revaluaron en un 400%, que la comida que llevas cada día a tu mesa subió en el año por arriba del 60%, que el agua que tomas está un 40% más cara que hace 30 días y que ahora para mandar a tus dos hijos a la escuela vas a tener que desmbolsar $50 diarios, es decir «una luquita» mensual si los paros docentes no te dan una mano con el presupuesto.

Eso sí…tu salario creció un 15 %…y en tres cuotas, la última de las cuales vas a cobrar en febrero de 2019.

¿Cómo no va a estar enojada la gente con el gobierno?. Tipos todos ellos posicionados en dólares que han ganado un 40% en un solo mes.

Funcionarios que cobran salarios por sobre los $100.000 frente a las nueve «lucas» de un jubilado; personas que nos prometieron parar la inflación y priorizaron beneficiar a sus empresas y negocios que han sido los grandes ganadores de esta revolcada.

¿Será entonces que el tiempo perdido para convencer fue en realidad un tiempo ganada para engañar?.

Tal vez si, tal vez solo sean torpes e ineptos. Aunque cuesta creer que alguien de esas características haya llegado a amasar una fortuna como la que muestran en sus declaraciones juradas los integrantes del gabinete presidencial y tantos otros amanuenses del poder.

Los que, justamente, no se quedan congelados en la puerta de su casa con una boleta de servicios o impuestos en la mano…