Temporada: El presidente del EMTUR y un baño de realismo

RedacciónEl funcionario dejó en claro que «la mejor temporada de la historia» no fue tal y desnudó, una vez más, esa costumbre de gastar a cuenta que tanto daño le ha hecho a la actividad en la ciudad.

 

El presidente del Ente Municipal de Turismo (Emtur), Bernardo Martín, tuvo un baño de realismo y  reconoció que la temporada no es “la que se imaginó en noviembre”, pero de todos modos la calificó como “muy buena”.

Si bien hasta el momento desde el gobierno nacional, el provincial y el municipio, acompañados por un sector de la prensa que repite lo que la pauta oficial ordena o tiene intereses directos con la actividad se insistía en aquello de «la mejor temporada de la historia», los empresarios del sector ya venían advirtiendo que las cosas no eran tan así y que el consumo y la actividad económica poco tenían que ver con aquellas exageradas conclusiones.

Lejos estuvo la ocupación de sombra en los índices que se repetían desde el Ministerio de Turismo y la ocupación hotelera -prácticamente total en los hoteles de 4 y 5 estrellas- no encontraba índices similares en lo que podemos definir como establecimientos económicos. Algo similar ocurrió con restaurantes y casas de comidas que, excepción hecha de las cervecerías y lugares de gran concentración de jóvenes, sin duda la más grata sorpresa de la temporada por la cantidad de los que arribaron a la ciudad, en los que la ocupación fue considerada media y el consumo por debajo de las expectativas creadas.

En declaraciones periodísticas Martín afirmó que eso tuvo “mucho que ver” con la tercera ola de coronavirus, “lo cual hizo que mucha gente cancelara oportunamente sus reservas” y también con el bolsillo: “La crisis económica que estamos atravesando está jugando también”.

“En algún momento se pensó en un verano al 100%. Y ese verano no sucedió. Lo cual no quiere decir que no sea exitoso. Es una muy buena temporada”, relativizó el titular del Ente de Turismo.

Con un febrero que no ha ayudado mucho climáticamente y el inicio de clases en la primera semana de marzo, no son pocos los que sostienen que la temporada ya puede darse por terminada y que solo queda por delante el siempre explosivo feriado de Carnaval y la espera del no menos importante de Semana Santa.

Es obvio que comparar lo ocurrido con los desesperantes números de 2021, cuando la pandemia era dueña y señora de la realidad, arrojará índices de crecimiento de la actividad que en otras circunstancias podían ser impactantes. Pero es que crecer desde cero en un 50% es tan solo llegar a mitad de camino.

Y esa «trampita» es la utilizada por los interesados en agrandar los números y hacer creer que es la gestión y no el cambio de realidad la que ha logrado resultados que en los números distan mucho de ser verdaderos. Mucha gente, poco gasto y un turismo gasolero que ha sido muy evidente como para pretender ignorarlo.

Los comercios en general ya se quejan por estas horas del bajo nivel de ventas y no son pocos los que concluyen que los planes de promoción turística, especialmente el PreViaje, sirvieron para llenar la ciudad pero no impulsaron un verdadero consumo.

Ni que decir de la actividad teatral que no cumplió ninguna de las expectativas previas: salas semi vacías, funciones suspendidas y compañías que levantaron campamento fueron la tónica de un verano que terminó por desilusionar a los más optimistas. La opacidad de los premios Estrella de Mar fue tal vez la postal mayor de lo ocurrido…

Y claro…la necesidad de que alguna vez los marplatenses dejemos de gastar a cuenta y no caigamos en las redes de una dirigencia política fatua y pretenciosa que siempre pretende que lo que ella maneja es «lo mejor de toda la historia».

La estupidez está en creerle, repetir como loros esas insustanciales informaciones…y después ver como hacer para pasar el invierno.