Fue ubicada en el puesto 139º -sobre 144 naciones- en un reporte del Foro Económico Mundial, en el que destacan el favoritismo en las decisiones del Gobierno, la ineficiencia del Estado y el despilfarro de los fondos públicos
La entidad independiente con sede en Ginebra, que suele reunir en Davos a los principales líderes políticos y empresariales de todo el planeta, dio a conocer un nuevo informe en el que la Argentina fue calificada como uno de los países más corruptos del mundo, al quedar ubicada en uno de los últimos lugares del ranking que evalúa la transparencia de las naciones.
En el relevamiento de competitividad que difundió el World Economic Forum se señala que el país registra «bajos puntajes en términos de corrupción (puesto 139º sobre un total de 144)».
El diagnóstico se apoya en evaluaciones sobre temas puntuales en los que la nación que lidera Cristina Kirchner vuelve a quedar mal posicionada; entre ellas destaca la que la ubica penúltima en el apartado de «favoritismo en las decisiones de gobierno», en la que apenas queda mejor calificada que Venezuela.
Otro punto destacado del reporte, que condice con el alto nivel de corrupción que observa el Foro Económico Mundial, es el que refiere al «Desvío de fondos públicos» (cuadro que se reproduce a continuación): allí el país se encuentra en el puesto 143º; en este aspecto vuelve a quedar apenas por encima del Estado que gobierna Nicolás Maduro.
El contexto económico
El Foro destaca que «una de las principales preocupaciones» del país es «la construcción de una resistencia económica, en un contexto mundial de cambios que se caracteriza por la disminución de los precios de los commodities»; esto -se estima en el informe- puede «afectar drásticamente la economía argentina» en el futuro.
Además señala que «el mal funcionamiento del mercado de bienes (141º), laboral (143º), y financiero (129°) siguen obstaculizando el potencial del país», al que considera «enorme gracias a un tamaño relativamente grande del mercado con la posibilidad de desarrollar importantes economías de escala».
La entidad basa su evaluación en una encuesta entre líderes empresariales en la que se mide la eficiencia gubernamental y su transparencia. Además evalúa una decena de ejes de competitividad como instituciones, infraestructura, salud y educación, tamaño del mercado y el ambiente macroeconómico.