Un debate que no cambió las cosas pero que sirve como una muy positiva experiencia hacia el futuro. Rodriguez Larreta inteligente, Recalde contenido y Lousteau con un pie en cada vereda.
A Dos Voces brindó anoche el debate electoral más caliente . Repleto de chicanas y golpes bajos, resulta difícil anticipar quien habría sacado mejor provecho, pero es evidente que los candidatos de la ciudad se metieron de lleno en la lógica amigo-enemigo de la proyección nacional.
Al que menos le convino esa lógica fue a Martín Lousteau quien critica al Pro en la gestión porteña pero su espacio apoya a Macri a presidente, desde al figuras de Carrió y Sanz.
Recalde picoteó por ese lado: ” Martín, decinosa todos a quién vas a votar”. El Titular de Aerolineas mostró oportunismo cuando le endilgó a Lousteau su mal cálculo con la resolución 125 que produjo la crisis con el campo. El representante del FPV arrancó con todo victimizándose por “jugar de visitante”. “Debimos aceptar hacer el debate en el mundo Clarín y con un conductor que es padre de una candidata de la lista de ECO”.
El libreto de Larreta fue no entrar en el fango y tener una actitud positiva.Los asesores se fueron con la sensación de que el libreto de cada uno se recitó y que las cartas ya están echadas.
En los diferentes portales y medios la gente opinó y casi sin excepción consideró que quien más beneficiado salió en la jornada fue el propio Rodriguez Larreta ya que dio una imágen positiva de hombre centrado en sus proyectos, frente a dos adversarios que buscaban el lucimiento en la descalificación del otro.
La insistencia de Recalde en llevar el debate hacia su gestión en Aerolíneas Argentinas, algo totalmente desvinculado de la gestión en la ciudad de Buenos Aires, no hizo otra cosa que poner en evidencia que sus posibilidades de entrar en el ballotage son prácticamente nulas y que cumple un rol de difusor del modelo kirchnerista antes que de un posible administrador del distrito.
Lousteau, incómodo por la dualidad de su situación política, apareció como excesivamente agresivo con un Rodriguez Larreta que no entró en el juego y debiendo soportar los mandobles del hombre del FPV que jugó con él las únicas chances de torcer el resultado de una elección que parece venir con final cantado.
Una buena experiencia que tal vez sea imitada en las presidenciales y que permite al ciudadano cotejar, al menos, la presencia de ánimo y la firmeza de sus candidatos.