UNA PROVINCIA QUE MARCA EL PASO DEL PAÍS

La provincia de Buenos Aires marcó el destino del gobierno nacional desde el principio de nuestra historia. ¿Se puede gobernar con el mayor estado en contra?

En 1983 el triunfo de Alfonsín en todo el país, llevó a la Gobernación bonaerense a un dirigente casi desconocido, como Armendáriz. Quienes miran este ejemplo argumenta que no es relevante quien sea el candidato bonaerense cuando se elije junto con el Presidente, porque éste “lo arrastra”, privilegiando el voto presidencial.

Pero 16 años más tarde en 1999, De la Rúa ganó la elección presidencial en todo el país incluida la provincia de Buenos Aires y el mismo día perdió la gobernación, al imponerse el candidato justicialista que era Carlos Ruckauf. Este ejemplo, sugiere lo contrario: se puede ganar la presidencial y perder la provincia al mismo tiempo.

Lo que si es indiscutible, es la debilidad con la cual queda un Presidente que no controla la provincia de Buenos Aires: cuando Alfonsín entrega anticipadamente la Presidencia, estaba bajo control opositor y lo mismo sucedió cuando renunció De la Rúa.

La experiencia es que se puede ganar la Presidencia si ganar la Gobernación bonaerense, pero lo que resulta más difícil es poder gobernar sin tenerla.

*Por Rosendo Fraga
*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría