Por Adrián Freijo – El “Negro” dejó una historia tan rica como difícil de igualar. Todo Peñarol lloró hace un año a su ídolo y así lo despedía entonces LIBRE EXPRESIÓN.
¡¡¡Qué nos van a hablar a los que lo vimos jugar al Negro Urciuoli de lo que es el básquetbol!!!. Por supuesto que hubo y habrá muchos jugadores con más talento, más capacidad y más recorrido. Pero ¿cuántos van a ser tan determinantes en la historia de un club como fue el gran Adolfo?.
El «Negro», primero de la izquierda
Había una vez una ciudad en la que el básquet -que ya era por entonces mucho más popular en estas tierras que en el 99% de la Argentina con mojones de excepción en Capital Federal, Bahía y Santiago del Estero– era un deporte que se dividía en partes iguales entre Adolfo Taymir Urciuoliy los otros jugadores.
Si hasta los que no seguían ese deporte lo tenían como un referente, como un ídolo, como un orgullo de pertenencia que todos querían poseer y que el Negro solo referenciaba a su Peñarol amado. Nadie podía hablar de básquet sin nombrarlo y nadie podía pintar la Mar del Plata deportiva sin citarlo en primer lugar.
Con Tato Rodriguez, «mi reflejo»decía
Posiblemente para las nuevas generaciones lo que voy a afirmar suene a herejía; pero hubo un tiempo en el que para los marplatenses hablar del “turco” era lo mismo que hacerlo de Guillermo Vilas o de cualquiera de las figuras que llegaban a tener repercusión a nivel nacional.
Porque si algo sentimos los marplatenses en aquellos años fue que no tenerlo a Urciuoli en la selección -al menos en la provincial- era producto de una injusticia que aún hoy no entendemos. El Negro era, de taquito, mejor y más efectivo que el 90% de los jugadores que por entonces iluminaban un escenario rico en el cabotaje y vacío a nivel internacional.
Fue un ganador en la cancha y en la vida. Si…en la vida; porque nunca hizo nada que no quisiese hacer ni aceptó concesión alguna para acceder a beneficios de esos que entusiasman a los mediocres pero pasan desapercibidos para los genios.
Por eso no se fue….apenas salió a jugar de visitante en estadios que seguramente lo premiarán por tanta felicidad desparramada entre quienes llevamos a un club en el corazón y al placer por la maestría en el alma.
Adolfo Taymir Urciuoli…el hombre que puso a Peñarol en los brazos de la gente, acaba de encestar la eternidad.
Chau Negro…gracias.