Vidal: la cara que suplanta ausencias que buscan el olvido

Redacción Convencida de no poder levantar demasiado en el conurbano y pese a las constantes malas noticias que le llegan desde aquí, la gobernadora resolvió pelear voto a voto en Mar del Plata.

No todas son rosas para Cambiemos en nuestra ciudad. Pese al holgado triunfo de agosto, las malas noticias que llegan en materia de empleo y la necesidad de esconder al jefe comunal ante el creciente rechazo de los vecinos a su inentendible gestión, complican un panorama que a esta altura debería estar completamente despejado.

Si ni siquiera puede exponer en triunfo a Vilma Baragiola, amplia vencedora en el tramo local de las PASO, ante el temor de que su presencia recuerde momentos delicados y dispare debates incómodos y peligrosos.

Corridos del centro de la escena quienes deberían ser la pareja protagónica de la campaña, María Eugenia Vidal debe tomar la posta y pasearse por las calle lugareñas como si fuese ella la que debe conseguir el voto ciudadano. Y es que de alguna forma esto es lo que ocurre: convencida de las dificultades que encontrará en el populoso conurbano de la provincia que administra, la gobernadora sabe que el triunfo en octubre dependerá en gran medida de aumentar el caudal electoral en las grandes ciudades del interior bonaerense. Y tal vez sea en Mar del Plata y Batán donde espera usufructuar de aquella grieta que, más allá de los discursos, ahora le viene como anillo al dedo.

Habrá que acostumbrarse entonces a su presencia y seguramente la veremos mucho más que a Arroyo o Baragiola que por ahora seguirán distantes del ruedo electoral.

Y es que a veces la ausencia es la mejor compañera del olvido