Redacción – Ante la presión popular debió dejar sin efecto la suba de la tarifa de gas y la eliminación de subsidios a la región patagónica. ¿Cual es el análisis que se hace antes de los anuncios?
Luego de la intensa polémica generada a partir del aumento de la tarifa de gas anunciado por Iguacel, que autorizaba a las empresas a cobrar un extra en 24 cuotas para compensar las pérdidas que sufrieron por la suba del dólar, el Gobierno decidió dar marcha atrás y anular la medida.
«Estamos trabajando en una salida consensuada con la oposición. Por lo pronto, «se bajan las 24 cuotas que iban a pagar los usuarios y el Estado se hará cargo del desfasaje», aseguraron fuentes oficiales a LPO.
La resolución de la Secretaría de Energía había provocado una fuerte reacción tanto de la oposición como de las propias filas del oficialismo, donde llovieron críticas por parte de la UCR y hasta impulsaron una contrapropuesta que consistía pagar a las empresas la mitad del resarcimiento y que las propias compañías aporten la otra parte.
Mientras tanto el diputado macrista Luciano Laspina anunció una serie de modificaciones al proyecto de presupuesto de 2019 para negociar un dictamen con la oposición y aprobarlo el 24.
El principal cambio será eliminar los cuatro artículos (125 a 128) que recortan un plus por zona desfavorable en las asignaciones familiares y jubilados de la patagonia, motivo de protesta de legisladores de Cambiemos y de la oposición.
Dos medidas anunciadas como «inevitables» que generaron tanto rechazo social que no pudieron ser acompañadas ni por los propios y mucho menos aceptadas por una sociedad que ya comienza a movilizarse en contra del brutal ajuste impuesto desde el gobierno.
Y dos rectificaciones que ponen en evidencia que el análisis previo a los anuncios carece, al menos, de una ajustada mirada política que pueda prever cual va a ser la reacción general y cual la espalda oficial para enfrentarla.
Lo cierto que una vez más la administración Macri emerge debilitada por sus propios errores y perdiendo parte de su cada vez más exiguo capital político. Sobre todo en la cuestión gasífera, ya que apenas dos horas antes de anunciar la anulación del aumento el propio presidente había defendido públicamente la necesidad de mantenerlo.
Tan peligroso como reiterado…
