Alvarado: entre la gloria del pasado y la violencia del presente

Por José Luis Ponsico (*) – Hace tres años el Club Alvarado, institución muy popular en «La Feliz», cumplía 95 años cuando se desató la violencia en tres facciones de la «barrabrava».

Facundo Moyano: la violencia en el club lo afecta políticamente

Desde hace más de tres años el Club Alvarado, institución muy popular en «La Feliz», cumplía 95 años cuando se desató la violencia en tres facciones de la «barrabrava», vive momentos de tensión

«Una verdadera dicotomía» repite el diputado nacional Facundo Moyano, Frente Renovador, actual vicepresidente segundo del Alva. «La comisión directiva impulsó crecimiento social con predio que incluye canchas de fútbol para juveniles, natatorio y gimnasio, terrenos de la Ruta 88», repite

Hugo Moyano: aquel «7» de Unión que inculcó la pasión futbolera de los suyos

El hijo de Hugo Moyano, un histórico dirigente de Camioneros que vivió en Mar del Plata parte de su infancia y adolescencia -más tarde máximo dirigente por más de 20 años en la CGT y «wing» derecho del Unión local en 1964- se reunió sucesivamente con todos los organismos de Seguridad.

Esto es, APREVIDE Agencia de Prevención de la Violencia en el
Deporte, bonaerense, presidida por el abogado Juan Manuel Lugones, el titular de Seguridad, Cristián Ritondo y la policía local.

La «barrabrava» de Alvarado mantiene enfrentamientos «internos»

Los escándalos de la barra son moneda corriente                                        en Alva

 

Todo comenzó julio 2013 cuando Carlos Marcelo López, 35 años, resultó ultimado. Se conoció aquí como un  «crimen por encargo». Personas del club comentaron que se trataba de ajuste de cuentas porque López, sin avisar, había cambiado de bando.

Apodado «Buitre», recibió cuatro balazos estando en la vereda en
horas de la noche. Desde un  Volkswagen Gol, color gris, según recuerdan crónicas de la época le  disparon a «quemarropa». Por entonces una «pintada» cerca de la sede fue muy explícita: «Hay para todos»

Lugones, Moyano y Ritondo juntos por la paz.                                          ¿Podrán?

Con una bala en el abdomen, otra en los testículos y una en cada pierna, López falleció desangrado en el Hospital Regional de Agudos «Dr. Oscar Alende».  Y aquella muerte fue el origen de varios enfrentamientos

Los que conocen «el paño» aluden a tres barriadas populosas
en zonas marginales de «La Feliz». Se alude al «Centenario», al
«Juramento» y al «San Antonio», aunque ahora los investigadores sumaron la facción «Torres FONAVI». Nunca antes el fútbol de la Ciudad vivió algo parecido

Alvarado hace medio siglo produjo un impacto -parecido al de Argentinos Jrs. en la Capital Federal- con jugadores juveniles formados en inferiores; primero ascendió en el´64 y luego hizo notable campaña en Primera.

Olguín: consagrado en San Lorenzo no olvidaba nunca sus orígenes

En el´67 subcampeón de la mano de una inolvidable camada de pibes.  Allí surgió Jorge Mario Olguín, el popular «Laucha» por entonces con apenas 15 años, una de las figuras de Alvarado y del
torneo local. Hubo otros destacados. Varios pasaron a otros clubes.

Manejo, pegada, cabeza levantada, a Olguín se lo llevó San Lorenzo de Almagro. Vivió dos años en la «pensión de Balbastro» como contó el propio Olguín hace dos meses cuando fue honrado como «Ciudadano ilustre» en su ciudad.

Tres títulos con el «azulgrana», campeón del mundo con el  seleccionado del´78, conducido por César Menotti; más tarde Independiente en el´82 y  Argentinos Jrs´85. Más de 50 goles entre penales y tiros libres.

En los últimos días la violencia volvió a asomar por Alvarado

Hoy ese «semillero» de notables futbolistas padece la violencia que empieza en la tribuna y sigue en las barriadas de una Ciudad que creció mucho: Mar del Plata tiene 15 asentamientos periféricos.

Hasta aquí, ni la policía local, la Bonaerense, ni APREVIDE. ni la
Justicia marplatense pueden con «barras»; tienen antecedentes penales y se mueven con metodología de cine «negro».

Juan Manuel Lugones, titular del organismo de Prevención de la
Violencia en el deporte bonaerense, arengó: «Si no hay un acuerdo entre la Justicia, los fiscales, los dirigentes de los clubes y la policía comunal y provincial, los barras seguirán teniendo poder mafioso»

El sayo se supone dirigido a «jefes» de la violencia que en el Club de Mataderos lleva casi cuatro años de violencia y muerte. Alvarado, sus buenos seguidores y la dirigencia, apuestan a un club con vida social y honrando su propia historia, por la cual merece otro destino.

(*) Columnista de la Agencia Télam, AgePeBa. La Señal Medios y Libre Expresión