Arroyo: su mala imagen afecta las expectativas de Vidal para 2017

La gobernadora mandó medir la imagen de los intendentes de Cambiemos. Solo dos -uno por los Panamá Papers y otro en un escandaloso robo en su domicilio- están por debajo de Zorro Uno.

Un sondeo de Julio Aurelio midió la imagen de los intendentes de Cambiemos, que curiosamente promedió casi el mismo nivel de aprobación que rechazo, pero con casos bien diferentes.

La encuesta -de un tamaño impresionante- se hizo entre el 28 de septiembre y el 2 de octubre, midió 20 mil casos en 24 distritos del Conurbano bonaerense más las cuatro ciudades del interior: La Plata, Bahía Blanca, Mar del Plata y Pilar.

El intendente oficialista con más aceptación es Gustavo Posse (San Isidro) con 69.3% de aval y sólo 28.2 de rechazo, seguido por Diego Valenzuela (Tres de Febrero) con 62.2% y 29.7, respectivamente.

Sigue bien ubicado Jorge Macri (Vicente López), avalado por el 61.5% de sus dirigidos y sólo aplazado por el 34.9

En la otra punta están Néstor Grindetti (Lanús), Carlos Arroyo (General Pueyrredón) y Julio Garro (La Plata), en su cargo desde diciembre y por lejos los intendentes de Cambiemos más repudiados por sus habitantes. En La Plata ya los bautizaron irónicamente como «Los Tres Mosqueteros».

Salpicado por el escándalo del Panama Pappers, el ex secretario de Hacienda de Macri sólo tiene el apoyo del 28.7% de los ciudadano de Lanús y el 63.9% no lo quiere.

A Garro no le va mucho mejor: el 33% respalda su gestión y el 56% la desaprueba. En este caso debe sumarse la mala relación del alcalde hacia adentro de Cambiemos ya que desde el inicio de su gestión sus compañeros de ruta sospechan que está más cerca de Massa que del oficialismo nacional y provincial.

Y el tercero en discordia es  Carlos Arroyo (35.2 positiva y 59.4 negativa) lo que en las cercanías de la gobernadora ya se considera como ilevantable.

«Garro es recuperable con obras y Grindetti es parte del riñón de Mauricio que nunca lo va a dejar caer» dicen en La Plata. «Pero Arroyo no acierta una, está pidiendo que el peronismo nos gane en Mar del Plata y además se da el lujo de ningunearnos todo el tiempo» sostienen en el propio riñón de la gobernadora.

«Tiene tan mala imagen que ni siquiera techando Mar del Plata para que no haga frío podríamos levantarlo» disparan.

Pero lo que más preocupa a Vidal y su gente es que la mala gestión de Arroyo ya comienza a jugar en contra de las expectativas electorales para 2017. «Hoy Vidal mide en General Pueyrredón 8 puntos menos que los que sacó en 2015 y Massa nos saca 5 puntos de ventaja» braman los encargados de la campaña del año próximo.

Cuentan testigos indubitables que Federico Salvai, quien hace rato trata de convencer a Vidal de la necesidad de producir un cambio profundo y cuanto antes, le entregó el informe mientras con voz alzada le decía:«te dije hace dos meses que Mar del Plata no daba para más».

Vidal calló…por ahora.