Boca y River dejaron un 0-0 que marca la mediocridad del partido

Trabado, mal jugado y con un River que fue a la Bombonera a aguantar el resultado, el partido no pudo salir de un marco de medianía propio de los clásicos entre ambos.

River no quería perder y Boca pareció priorizar el que no le hiciesen un gol en su cancha. Demasiada especulaciones como para esperar un buen partido y eso queda como resultado final.

El Superlcásico en la Bombonera fue violento en el primer tiempo. Como si toda esa excitación que generó en la previa el duelo entre Boca y River por la primera semifinal de la Copa Sudamericana se hubiera transformado en fuerza bruta y no en fútbol.

Apenas iban cuatro minutos cuando Leonel Vangioni lo levantó por el aire a Juan Manuel Martínez y vio la amarilla en la mano de Silvio Trucco. Era para roja, pero el árbitro habrá preferido mantener el clásico tranquilo y pasar desapercibido. Pero en el primer tiempo el partido fue una batalla.

Boca presionó mucho y logró desbordar a la defensa rival en los primeros cinco minutos, aunque sin claridad ni precisión para definir dos jugadas que Marcelo Barovero neutralizó. El único remate franco al arco que se registró en la primera mitad fue uno de Fernando Gago, a las manos del arquero de River, a los 22 minutos.

Después de ese intento tibio de Boca, River se acomodó en el campo y Leonardo Pisculichi empezó a jugar pelotas a espaldas de Cristian Erbes y César Meli, para que Carlos Sánchez sorprendiera con una diagonal al espacio. Pero fueron escasas las conexiones que realizaron los futbolistas visitantes. Lo más claro fue a los 28, cuando Piscu habilitó con un pasde entre líneas (entre las piernas de Juan Forlín) para Gio Simeone, pero el joven delantero no pudo dominar la pelota que le llegó mansita a Agustín Orion.

A los 30, José Pedro Fuenzalida reemplazó a Martínez, que nunca se pudo recuperar de la patada de Vangioni. Pero Boca apenas tiraba pelotazos para que Jonathan Calleri bajara alguna pelota ante la dura marca de Ramiro Funes Mori. No pasaba nada -Calleri tocó para Chávez que remató de zurda casi sin ángulo y contuvo Barovero, a los 39- hasta que Ponzio le hizo sentir el rigor a Gago y se armó el típico choque entre futbolistas de ambos equipos. Trucco amonestó al volante de River y el primer tiempo se fue sin goles y sin fútbol; pero con muchas patadas, empujones y tres amarillas (Cata Díaz vio la tarjeta por pararse delante de Barovero en un saque de arco).

El segundo tiempo no fue demasiado distinto, aunque River aprovechó el cansancio de algunos jugadores del medio boquense para tratar de acercarse al arco de Orión.

Sin embargo el arquero de Boca no intervino en ningún tiro directo de los de la banda y su colega Marcelo Barovero tuvo un par de intervenciones en las que no se mostró demasiado seguro aunque logró aventar el peligro.

Así se fue este primer superclásico, con todo abierto para la revancha en el Monumental.

Para Boca la tranquilidad de ir a ese encuentro sin goles en contra y para los de Nuñez la posibilidad de imponer en su cancha el juego que lo llevó a convertirse en el mejor equipo del año.

Aunque el cansancio y los nervios tendrán una vez más un papel fundamental en esta apasionante definición.