La renuncia de los abogados que defendían al Vice se inscribe en una maniobra clásica: enterados del fallo adverso de la Cámara buscan ganar algunos meses de tiempo.
El vicepresidente Amado Boudou se quedó sin abogado defensor en la causa Ciccone, tal como venía circulando en las últimas semanas. Diego Pirota renunció hoy a la defensa «por motivos profesionales», dijeron fuentes judiciales. Lo anunció hace instantes a través de un comunicado (ver texto). El dueño del estudio jurídico, Darío Richarte, está afuera del país «por motivos laborales».
La realidad indica que estamos frente a una maniobra clara cuando un imputado se anoticia de una mala noticia cercana. Ahora, una vez designados nuevos defensores, la justicia deberá dar a estos el tiempo suficiente como para interiorizarse de la causa y tan sólo luego seguir adelante.
En círculos tribunalicios ya se sabía en las últimas horas que el fallo depositaría a Boudou en juicio oral y público y con pocas posibilidades de retrucar las apabullantes probanzas acerca de los delitos de negociaciones incompatibles y cohecho y ello llevó al imputado funcionario a jugar esta última carta de la demora.
Otra actitud de Amado Boudou que lo muestra cada vez más lejos del funcionario y más cerca del delincuente común y sus chicanas.
Algo que por cierto extraña a muy pocos.