DOS FORMAS DE HACER POLÍTICA

Tal vez no haya sido el escenario perfecto que pudo imaginar el Intendente Pulti, pero el tiempo le hará entender que terminó resultando aún mejor.

Desde una lectura simplista –de esas que son comunes en la política y el análisis con que convivimos- el jefe comunal debió ceder no tan sólo en varios puntos del proyecto original sino en algo que suele doler aún más en el orgullo mediático de nuestros protagonistas: abandonar el centro de la escena.

La inteligente jugada del Frente Renovador y su ahora explicitado jefe Javier Faroni tuvo un final redondo, si por “redondez” entendemos algo de lo que el empresario conoce y mucho…las marquesinas.

Mar del Plata tiene policía local porque los seguidores de Massa destrabaron el tema y aparecieron como los únicos que capaces de cambiar un escenario de inmovilidad que ya había entrado de lleno en el ridículo.

Pero además lo hicieron con una carta de presentación que les resuelve parte del camino que estaban obligados a recorrer de acá al día del comicio.

¿Quién puede ahora sostener que Faroni es “sapo de otro pozo” en la vida política?.

702 efectivos policiales circulando por las calles de la ciudad recordarán a cada paso que están ahí por la decisión de los renovadores de patear el tablero del “no porque no” y encaminarse en el terreno de lo posible, mientras sus compañeros del arco opositor se apoltronaban en una negativa vacía de ideas y que se mostraba tan sólo como una estratagema de bajo vuelo para “ganarle” a Pulti.

Y el Intendente, tantas veces acusado por esos mismos opositores de caprichoso y autoritario, supo demostrar en este caso que es capaz de negociar, ceder sin descartar y sobre todo reconocer en el adversario el valor del diálogo político.

Algo que no es moneda corriente en la Argentina actual…pero que va a cotizar por las nubes en la que viene en el corto plazo.

Y es justamente esa Argentina la que Gustavo Pulti quiere seguir caminando desde el sillón de Luro e Hipólito Yrigoyen.

“No entendemos la política como una confrontación sin fin y sin sentido”, podrá decir Faroni de aquí en más.

“Se escuchar al otro y aceptar sus propuestas cuando estas sirven para destrabar un problema”, retrucará entonces Pulti.

¿Y los demás?…¿qué dirán?…¿que podrán mostrar a la gente como aporte a la solución delas cosas?. Probablemente nada, o muchas de esas interpretaciones absurdas que al ciudadano común ya no enamoran como en aquellos tiempos primeros del retorno democrático en el que los discursos encendidos tenían valor porque el sólo hecho de hablar, aunque fuese en demasía, nos mostraba que algo había cambiado en la Argentina.

Pero lo años, las palabras huecas y los problemas acumulados nos enseñaron que la única verdad pasa por generar las situaciones que resuelvan las cosas, se concreten las obras y mejore la calidad de vida del conjunto.

Algo que parecen haber logrado hacer entre el oficialismo y los representantes de una opción opositora que justamente basa su propuesta en la capacidad operativa de su joven líder.

Tenemos policía…pero además tenemos diálogo, que a veces es más necesario y difícil de encontrar.