En los últimos días comenzó a instalarse la sensación de que ya nada de lo que haga el gobierno para detener la escalada del dólar tendrá efecto positivo
Todos los analistas, sin importar su alineamiento frente al ooficialismo, coinciden en que la cotización de la divisa norteamericana en el segmento conocido como “blue” es exagerada. “El dólar no vale $15” dicen convencidos de que estos es, al menos por ahora, así.
Pero también todos están de acuerdo en que el precio oficial de esa moneda está totalmente desactualizado, y sospechan que la intención de enfriar la economía para combatir la inflación se basa en la estrategia de frenar las importaciones –cepo mediante- y desalentar las exportaciones al obligarlas a un tipo de cambio no competitivo.
Lo que suele llamarse “la paz de los sepulcros”…
Sin embargo estas medidas tendrían algún sentido si se inscribiesen en una estrategia clara, con corto, mediano y largo plazo, pero aparecen como insuficientes y erráticas en un momento en el que todo parece salir mal cuando del gobierno se trata.
Los días pasan, las soluciones no llegan, los mercados se intranquilizan y como tantas otras veces ocurriese en la Argentina el dólar marca el duro camino de la realidad.
Sin que nadie quiera o pueda hacer algo para detenerlo.
