En el marco de la visita a la parroquia Medalla Milagrosa monseñor Antonio Marino, visitó las instalaciones del ex frigorífico marplatense Sadowa ubicado en Constitución al 10300.
Estuvo acompañado del presbítero Ezequil Kseim, párroco del lugar y del presbítero Juan Andrés Rosso, vicario parroquial.
El obispo fue recibido por algunos miembros del consejo de administración de la cooperativa, quienes lo acompañaron a recorrer toda la planta, y también le expresaron al pastor, las dificultades cotidianas, sus expectativas y le agradecieron su visita.
«En esta visita pastoral a la parroquia Medalla Milagrosa que será hasta el domingo 30, además de conocer los distintos grupos de la comunidad, le pedí al párroco visitar las instituciones civiles que están dentro del radio. Por supuesto, ésta cooperativa es muy importante, y además yo quería volver a la planta, porque vine hace ya más de dos años y quería reencontrarme con ustedes», manifestó monseñor Marino a los cooperativistas.
«La verdad un orgullo, es muy importante que tengamos el obispo en la planta, es una bendición y es una forma de decir que nuestra fe nunca se perdió, sigue intacta. Que monseñor esté con nosotros hoy en la cooperativa, nos llena más de fe aunque a veces como dijo un compañero, la autoestima de nosotros se baja, por todas las cosas que nos suceden; esto es una alegría más, nos sigue llenando de gozo, y mucha fe», manifestó Fabián, uno de los miembros de la comisión de administración de Frigore que acompañó en el recorrido al obispo.
La actividad del pastor de la Iglesia Católica continuó con la visita a un geriátrico ubicado en 190 y Balcarce y posteriormente se dirigió al Centro de Prevencón Local de adicciones (CEPLA) ubicado en Ituzaingo al 8000, donde fue recibido por su directora María Laura Dell´ Acqua quien le contó al obispo las actividades del lugar, y también recorrieron las instalaciones. «Gracias por su visita, es importante trabajar en red, y por supuesto con la Iglesia, nos hace muy bien que venga», manifestó al directora. Luego se dirigió al Centro Integrador Comunitario (CIC) ubicado en Rauch y 190, donde también tomó contacto con las trabajadoras sociales del lugar, quienes lo recibieron y expresaron lo que realizan y también las dificultades que a veces tienen en la tarea cotidiana. Las profesionales, acompañaron a monseñor Marino en la recorrida por el lugar, y durante la charla destacaron el trabajo mancomunado con la parroquia, y sobre todo con la Cáritas parroquial en cuanto a la asistencia de los vecinos del lugar.