El suicidio no inducido del peronismo

(Escribe Adrián Freijo) – El documento del PJ es unverdadero laberinto en el que se trata de repetir todos los slogans utilizado desde el principio de la crisis.

Una actitud defensiva, aunque se intente disfrazar de firmeza, signó la expresión pública del peronismo que esta tarde dió a conocer un rebuscado documento que será recordado seguramente como un grave error político.

Tras un debate que no fue tal, las máximas espadas del oficialismo optaron por poner la firma a una sumatoria de «tips» que sólo reitera las posiciones -muchas veces encontradas y hasta incoherentes- que cambiantemente se esgrimieron desde el mismo instante en el que estalló el Caso Nisman.

Había dos documentos y aunque ambos parecían ir en el mismo sentido marcaban las profundas diferencias que hoy traspasan al gobierno.

En uno de ellos, que al final vio la luz, se hacía un recuento bastante desprolijo de todos los argumentos que desde el poder trataron de imponerse desde el mismo momento en el que se supo de la muerte de Nisman.

El otro, el que fue desechado, planteaba en un tono mucho más prudente la voluntad y el deseo del peronismo de que la justicia actuase sin presiones. Ambos insistían en el apoyo público a la jefa de estado aunque ya se había acordado con anterioridad que se le plantearía a Cristina la necesidad de desplazar a Berni y mandar al ostracismo definitivo a personajes como Luis D’Elía que sólo siven para enlodar su figura.

La discusión no fue fácil y el tono subió hasta tal punto que Daniel Scioli sólo llegó al lugar de la reunión tras hacer esperar a sus compañeros por más de una hora. Es que el gobernador se oponía a sumarse a una operación tan desprolija como agresiva que responde solamente al peso de La Cámpora, que llegó al debate con el documento «cerrado», y no aceptaba corrección alguna.

Hubo dos párrafos que por fin aceptaron quitar: en el primero se insinuaba la responsabilidad de servicios de inteligencia de un tercer país (Israel) en la planificación del asesinato, y en el segundo se planteaba la sospecha de que Nisman habría formado parte de una conspiración de los servicios de inteligencia asociados a un sector determinado de la oposición (Macri) para desgastar la figura de la Presidente.

Una vez que ambos disparates fueron retirados del documento Scioli accedió a sumarse a la reunión, aunque ostensiblemente eligió por un segundo plano.

Lo demás se vio por televisión: un acto desprolijo, un documento absurdo y una desbandada general que dejó el lugar vacío -con la única excepción de Agustín Rossi, trenzado en una discusión virulenta con Nelson Castro en la que quedó en claro porque los demás no querían hablar con la prensa- y una PJ que dejó toda la sensación de pegarse un tiro en sus propias piernas ante la sociedad.

¿Qué dice el documento?…nada; habla de los fondos buitre, de Francia, de la prensa concentrada, de conspiraciones, de reformas revolucionarias y precios estables, de Clarín y La nación, de suicidios, homicidios, soponcios, servicios de informaciónes descontrolados (propio de una administración que asumió…¿ayer?) y todas las muletillas que todos conocemos.

Demasiado poco para lo que espara la gente; mucho para lo que puede soportar.