El premier ha sostenido en los foros internacionales la teoría de la pista iraní en el atentado a la AMIA y ha mantenido una dura postura con el gobierno argentino
Después de un triunfo que sorprendió a muchos, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu , ganador de las elecciones legislativas, prometió hacer todo lo necesario para garantizar «la prosperidad y la seguridad» de sus conciudadanos, durante una visita al Muro de los Lamentos en Jerusalén, el lugar más santo del judaísmo.
¿Y cual es el concepto de seguridad que ha sostenido el polémico jefe de estado de Israel?.
Para Netanyahu Irán sigue siendo el más grande riesgo para su país y no se ha cansado de denunciarlo en la ONU y en cuanto foro sea posible como un estado que financia al terrorismo y protege a quienes utilizan la violencia como arma política.
Y en ese contexto ha insistido en la responsabilidad de Irán en los dos mega atentados en la Argentina -lo hizo en su última aparición en en congreso norteamericano- sosteniendo que la muerte de Alberto Nisman estuvo motivada en su denuncia de complicidad entre el país islámico y nuestro estado nacional.
El triunfo electoral del Likud asegura entonces que la posición de Israel no cambiará y que muy posiblemente la presión internacional se multiplicará sobre el gobierno de Cristina para que la muerte del fiscal no quede en el olvido. Y por supuesto para que el eje Irán-Venezuela-Argentina deje de operar en la región.
Seguramente en una primera etapa esa presión se centrará en la figura del canciller Héctor Timerman a quien en Israel definen como un traidor a su raza y señalan como el brazo ejecutor de las oscuras estretegias nacionales en materia de política internacional.
Aunque lo central será observar la reacción de la comunidad internacional frente a este triunfo que no sólo es sorprendente por los pronósticos previos sino por la amplitud del mismo. Se calculaba que a Netanyahu le costaría llegar a las 20 bancas…y llegó a las 30.
Malas noticias para el país, que seguirá en la lista de las naciones sospechadas de colaborar o hacer la vista gorda frente al terrorismo internacional.