ELECCIONES LOCALES: NADA NUEVO BAJO EL SOL

Horas antes de la votación LIBRE EXPRESIÓN intentaba describir un escenario posible tras el comicio. Cada uno de las previsiones se cumplió y General Pueyrredón encara un tiempo nacido de la lógica más pura.

En un tiempo en el que politólogos y encuestadores aparecen desteñidos por la cantidad de errores acumulados en sus pronósticos y mediciones, LIBRE EXPRESIÓN trató de imaginar el escenario que dejaría en el distrito la jornada comicial del domingo (Ver: Elecciones en Mar del Plata: los escenarios posibles).

El día después no hace otra cosa que confirmar aquellas presunciones…

Decíamos que «La apatía general, que puede ser antesala de un rechazo explosivo de la sociedad a todo lo que tenga que ver con la dirigencia política si es que la situación económica degenera rápidamente, fue el marco en el que se desenvolvió este tiempo». Y no nos equivocamos: contra todos los pronósticos que hablaban de un gran crecimiento en el número de votantes, el mismo apenas llegó un 66%, que representa una mayor participación con respecto a las PASO pero es uno de los índices más bajos de toda la historia democrática de 1983 a la fecha.

Aunque parte de lo que allí afirmábamos -un posible y explosivo rechazo social si la dirigencia no es capaz de evitar un estallido económico que hoy asoma en el horizonte- será algo que solo el tiempo y la capacidad de quienes gobiernan y quienes representan la oposición tengan para saber donde se encuentra la línea de no retorno.

Sosteníamos también que «nadie duda del triunfo de la coalición gobernante, aunque queda saber cual será el margen de esa victoria» y suponíamos que ello iba a depender del comportamiento de otras fuerzas y del aumento de la cantidad de votantes.

Hoy se sabe que se mantuvieron las diferencias marcadas en las PASO y que no se produjo el aluvión de nuevos electores que hubiese ayudado al oficialismo a llegar a la ansiada novena banca, así como tampoco terceras fuerzas lograron llegar al piso necesario del 8,33% para ingresar en el Concejo.

Muy buena elección le cupo a Acción Marplatense a la que señalábamos como «que de las tres opciones parece la más cercana a conseguir el objetivo». Y poco le faltó para lograrlo.

Nuestro convencimiento se basaba en el hecho de que » Pulti volvió a un estilo parecido al de sus inicios y retornó al contacto directo con los vecinos para recibir las inquietudes, las dudas y hasta los reproches que la gente quisiese hacerle. Cualquiera sea el resultado del esfuerzo es seguro que deja una base que, sumada a la experiencia de gobierno y a la presencia de su partido en el Concejo, deja una buena base de cara a lo que viene». Hoy el partido local se ha convertido en el fiel de la balanza en el cuerpo deliberativo; nadie podrá construir una mayoría circunstancial sin contar con los votos de Acción Marplatense (Ver: Concejo: un recinto en el que nada estará dicho).

Con respecto a lo que ocurriría ante la previsible derrota del Frente de Todos, nuestro análisis sostenía que «ni Fernanda Raverta ni sus personeros en el Concejo podrán de aquí en más hacer las cosas a su antojo para terminar siempre llorando sobre la leche derramada; otra derrota, de la magnitud que se espera, ya no podrá ser disimulada y se abrirá un escenario interno de confrontación que replicará lo que seguramente va a ocurrir a nivel provincial y nacional». Poco habrá que andar para que los hechos confirmen estos presagios. Tal vez por eso la titular de ANSES salió la noche de la debacle a pretender convertirla en un triunfo que nadie vio ni percibió; tratar de tapar el sol con las manos es una estrategia tan vieja como inútil.

Según la mirada de LIBRE EXPRESIÓN la política local tuvo la ventaja de la previsibilidad y ahora solo se trata de llevar a la práctica lo que, se supone, sus protagonistas tuvieron sobrado tiempo para prever.

Habrá que ver si son capaces de asumir las cosas como son o, una vez más, buscan atajos y artimañas para torcer la voluntad de la gente.

Hasta que esa sociedad se harte y salga a cobrar tanta factura pendiente. Porque, y a lo mejor en recordarlo estuvo el único mérito de nuestro informe previo a la votación, «la única verdad es la realidad».

Y a veces está tan expuesta…