La crisis política alimenta la caída económica en Brasil

Nadie quiere invertir en medio de la inestabilidad y las expectativas de frenar la recesión se alejan en el tiempo. El pacto de gobernabilidad pone por el momento a salvo a Dilma.

En medio de un ambiente de confianza a la baja y de inestabilidad política en alza, la economía brasileña se hundió aún más entre abril y junio de este año, según los datos publicados por el Banco Central del país esta semana, previa a la difusión del dato del Producto Interior Bruto (PIB), que se conocerá el 28 de junio.

La actividad económica de Brasil se contrajo un 1,89% en el segundo trimestre, el peor resultado desde 2009, según el indicador del Banco Central, conocido como IBC-Br. Este fue el tercer trimestre consecutivo de retracción, lo que indica que el país está en recesión.

Al escenario se suma una inflación elevada, que a final de año se prevé que roce el 9%, y el desempleo en aumento, que en julio llegó al 7,5%, según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) divulgados este jueves. La tasa es la más alta para los meses de julio desde 2009 y es la séptima subida mensual consecutiva. En el sector de la industria, el empleo también cayó por sexto mes consecutivo, según el IBGE. Este semestre, el paro en las fábricas brasileñas acumula una baja del 5,2%.

Esta mezcla de malas noticias, que se suma a la falta de crédito y a la disminución de los ingresos de los trabajadores, también exige apretarse el cinturón en el presupuesto familiar. La intención de consumo de las familias ha disminuido por séptima vez consecutiva y ha alcanzado un mínimo histórico en agosto. Según datos de la Confederación Nacional del Comercio (CNC), el índice registró 81,8 puntos en agosto, un 5,9% menos que en julio. En comparación con el mismo período de 2014, el retroceso fue del 32,3%. Cualquier cifra por debajo de 100 indica insatisfacción de los consumidores.

Los resultados hacen aún más evidente el difícil camino que le queda a Brasil para reactivar la economía. La esperada recuperación parece cada vez más distante y parece no ocurrirá en 2016, como preveían los especialistas a principios de este año. Los economistas del mercado financiero ya reconocen que Brasil necesitará más tiempo para recuperarse y, por primera vez, señalan que el PIB se contraerá también en 2016.

Según el último informe Focus, del Banco Central, que se dio a conocer este lunes, el país debe de terminar el año con una disminución del PIB de más de un 2%, mientras que, para el año que viene, la expectativa ya es de una retracción de un 0,15%. La proyección del Focus, que hace un promedio de las estimaciones de más de 100 instituciones financieras, ha cambiado de una semana a otra, al compás de la crisis política que ha mantenido la actividad económica en parálisis. La semana pasada, la proyección de los bancos era de una caída del 1,97% del PIB en 2015 y de crecimiento cero el año que viene.

El banco Itaú, por ejemplo, revisó su proyección de retroceso del PIB del 0,2% a un 1% negativo en 2016, lo que demuestra cómo el sistema financiero, que a principios de este año esperaba una recuperación en este segundo semestre, proyecta un período complicado durante mucho más tiempo. Este escenario también contribuyó a la devaluación del real frente al dólar. En los últimos 12 meses la moneda brasileña se ha devaluado casi un 53%, solo superada por las monedas de Rusia y de Colombia, según un estudio realizado por la correctora TOV. La Bolsa de São Paulo alcanzó este miércoles el nivel más bajo desde marzo de 2014. El Ibovespa, el principal índice de la bolsa brasileña, cayó un 1,82%, a 46.586 puntos.