La entrega de mando y una imagen que despierta admiración

Cordialidad, respeto más allá de las disidencias expresadas en el discurso de asunción, presencia de todos los ex mandatarios. Semblanzas de un país que cree en serio en sus instituciones.

Una vez más la ceremonia de asunción de un presidente de los EEUU se convierte en un ejemplo de convivencia democrática y de respeto a las instituciones.

Muy fresca está para los argentinos la «no imagen» de Cristina entregando el poder a Mauricio Macri y la indignación que a todos nos causó semejante desprecio por los valores democráticos por parte de la caprichosa ex mandataria. Y esa frescura nos obliga a valorar en mayor medida, y envidiar sanamente, la cordialidad entre ex mandatarios, demócratas o republicanos, que la televisión nos mostró en la jornada de hoy.

Bill Clinton, George Bush (h) y Jimmy Carter compartiieron la ceremonia con alegría, entrecruzando comentarios y mostrando una cara de madurez que se completaría luego cuando el propio Barack Obama se incorporó por vez primera al exclusivo club que completa George H. Bush quien, a los 90 años y con la salud quebrantada, no pudo asistir pero hizo llegar una carta de salutación.

Gestos, costumbres y formas de una sociedad distinta que sin embargo mantiene vigentes y sin interrupción alguna la institucionalidad democrática desde 1789 hasta nuestros días. Y es muy probable que en ello tenga mucho que ver ese respeto por el otro, sin distinción de banderías, que una vez más vimos en esta asunción.