Un organismo expresó su adhesión a la marcha.Se trata de la Comisión Nacional de Justicia y Paz, que agrupa a dirigentes laicos y depende de la Conferencia Episcopal.
En una decisión que previsiblemente no caerá nada bien en la Casa Rosada , el principal organismo de dirigentes laicos –o sea, católicos no miembros del clero- de la Iglesia en el país, la Comisión Nacional de Justicia y Paz, anunció hoy su adhesión a la marcha de silencio en homenaje al fiscal Alberto Nisman que se realizará el miércoles próximo.
El anunció, hecho a través de un comunicado, se produce luego de que el Gobierno redobló ayer sus críticas a la convocatoria, esta vez por boca de la propia presidenta Cristina Kirchner, quien acusó a sus organizadores de optar por marchar en silencio porque “no tienen nada que decir o no pueden decir lo que piensan”.
Tras señalar que la marcha fue hecha “en el entendimiento de que se trata de un acto no partidario, de hondo sentido y valor republicado”, la Comisión Nacional Justicia y Paz expresa “su adhesión e invita a, además, a los creyentes, a sumar oración al Señor de la Historia , pidiendo para nuestra Patria paz, justicia y verdad”.
El fiscal Nisman apareció muerto el 18 de enero en su departamento, en un hecho caratulado como muerte dudosa, luego de que había denunciado a la presidenta Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman, entre otros, de haber encubierto el atentado a la AMIA , ocurrido en 1994, que se cobró 85 vidas.
A comienzos de este mes, un grupo de fiscales decidió convocar a una marcha de silencio en su memoria que fue sumando numerosas adhesiones, entre ellas de las principales organizaciones judías. Pero hasta ahora ningún organismo vinculado a la Iglesia católica se había adherido.
La Comisión Nacional de Justicia y Paz depende de la Conferencia Episcopal Argentina, que agrupa al centenar de obispos del país. Esta compuesta por una veintena de personalidades católicas, encabezadas por el licenciado Gabriel Castelli, ex director de Cáritas Argentina.
Su función es “contribuir en la construcción del bien común y favorecer la amistad social. Por ello, promueve políticas de Estado mediante el diálogo y la búsqueda de consensos”. Más de una vez se pronunció en cuestiones de voltaje político, económico y social.
Con ocasión de la Mesa de Diálogo que tendió la Iglesia ante la crisis de 2001, este organismo jugó un papel relevante tratando de encauzar las propuestas que los diversos sectores presentaron para superar el atolladero en que se encontraba el país.
A los pocos días de la muerte de Nisman, pidió “el completo esclarecimiento” de los hechos y demandó “explicaciones precisas” a las altas autoridades que fueron imputadas por el fiscal en su denuncia de encubrimiento.
A su vez, la Conferencia Episcopal había pedido “superar las sombras de la impunidad” frente al luctuoso hecho.