MALVINAS: UNA CRISIS A CONTRAMANO DE LA REALIDAD

La alianza entre Argentina e Irán, con Venezuela como director de escena, sumerge al país en una tensión tan impensada como innecesaria. El precio de la irrealidad.

Las Malvinas son argentinas y ya casi en el mundo entero se anima a poner la cuestión en controversia. Sólo la irracional actitud de una dictadura en retirada, sometiendo a la nación a una guerra tan poco planificada como sin equivalencias, permitió a Gran Bretaña mantener en el tiempo una posición colonial que su propio gobierno ya estaba analizando abandonar por falta de interés geopolítico real.

Porque si algo tuvo de locura aquella contienda fue la falta de capacidad de las autoridades del país para observar que el conflicto Este-Oeste llegaba a su fin y que la implosión de la URSS, ocurrida apenas unos pocos años después, era inevitable.

Y que con ella el archipiélago dejaría de tener valor estratégico alguno ya que por añadidura se había resuelto en la ONU extender el Tratado Antártico por lo menos hasta 2050.

Sin su condición de potencial bastión defensivo en el Atlántico Sur y sin la urgencia de su proyección hacia el continente blanco...¿cómo podría Londres justificar un costo anual de cuatro mil millones de dólares en un momento en el que las medidas conservadoras de Mrs.Tatcher habían sumido al país en la peor crisis económica de post guerra?. No había forma, y la vía diplomática sólo esperaba un turno democrático para avanzar.

Cristina parece encaprichada en continuar aquella línea de errores en la lectura de lo que ocurre en el mundo. Enfrascada en sus peleas personales, producto de visiones sin fundamente y plagadas de un ideologismo arcaico, construye una alianza con Venezuela e Irán que a esta altura cuesta siquiera explicar.

Porque si las necesidades energéticas podían tener un lejano parentesco con sus decisiones -en realidad ningún país de la tierra abandona los ejes de su alineamiento histórico por unos barriles de petróleo- el resultado de la decisión habla por sí sólo: la Argentina no ha resuelto ni suavizado su déficit y ahora se encuentra con la decisión de Gran Bretaña, seguramente consultada y avalada por sus aliados de la OTAN, de fortalecer militarmente las Malvinas y generar un foco de tensión más en el contexto de un recrudecer de aquella guerra fría con Rusia.

Demasiado a cambio de nada…

Mucho le costará al país retomar la senda de la seriedad en materia de política exterior. Su nuevo alineamiento ya tiene dos precios ilevantables a los ojos del mundo: la muerte de Nisman y su novedosa posición de socio estratégico de Putín.

Porque ambas cuestiones reconocen una raíz común que es el insólito alineamiento del país con poderes mundiales que tienen un objetivo en común y que es el fin de occidente tal cual lo conocemos.

Y que está en problemas, lo que es inocultable, pero todavía ocupa la cabeza del poder mundial y así lo hará por lo menos hasta la mitad de este siglo.

Algo que todos ven…menos Cristina.