El nadador paralímpico Matías de Andrade, galardonado con el Lobo de Mar de Oro, aseguró que ganar el premio mayor en la fiesta del deporte de Mar del Plata «es un paso muy grande para la inclusión deportiva».
La energía y la fuerza de voluntad que irradia Matías de Andrade se percibe de inmediato. Haber nacido sin sus dos piernas nunca fue un impedimiento para desempeñarse en la vida y elegir el deporte como su pasión. Con la ayuda de los bastones canadienses y sus prótesis puede caminar y estar de pie, pero es su actitud positiva y su determinación lo que lo lleva a seguir adelante con su exigencia deportiva en el agua como paranadador que sueña con una medalla en Tokio 2020.
En diálogo con Libreexpresion.net, el deportista que representa al Club Once Unidos se mostró sorprendido por haber sido elegido como el más destacado de Mar del Plata en la entrega de los Premios Lobo de Mar y aprovechó la ocasión para agradecer a su equipo de trabajo y poner en el centro de la escena la importancia de la inclusión deportiva.
-¿Qué representa para vos terminar el año así?
-Fue un buen año deportivo y el Lobo de Mar de Oro fue el momento cúlmine. No me lo esperaba. Estoy sorprendido y emocionado. Estar en la terna del Deporte Adaptado ya es un honor y ganarlo es todo un orgullo, pero ganar una terna de ternas es mucho. Estoy muy agradecido. Es un paso muy grande para la inclusión deportiva. Mar del Plata reconoció hoy que el deporte es uno solo para todos y que no existen barreras ni de sexo ni de edad y ahora tampoco de discapacidad. Me siento parte de ese gran movimiento. El deporte adaptado y paralímpico es deporte. De una manera distinta pero es deporte. Hoy estamos más preparados para ser una sociedad mucho más inclusiva en lo que es el deporte en personas con discapacidad.
-¿Qué destacás de lo que fue tu desempeño en 2019?
-En el Open salí campeón de categoría entre más de 500 personas, logré el oro parapanamericano y un bronce en el Mundial con proyección paralímpica. Hoy estoy rankeado entre los tres mejores del mundo, conocemos a mis rivales y puedo decir que nunca imaginé en mi vida ser un aspirante a un posible podio paralímpico y hoy lo soy. Eso es lo que nos motiva y nos emociona cada día a mí y a mis entrenadores junto a todos los profesionales que me acompañan. No existe un sueño más grande en mi vida que ganar una medalla paralímpica. Vamos a dar todo para dejar a Argentina bien parada y Mar del Plata en lo más alto.
-En los agradecimientos mencionaste a tu equipo de trabajo y a Once Unidos…
-No me avergüenza decir que no se puede llegar solo a esto. Soy una imagen de mucha gente que trabaja desinteresadamente sin recibir nada a cambio para que hoy tengamos los logros que tenemos. La única forma que tengo de devolverles todo lo que hacen por mí es agradecerles. Mis entrenadores son las personas más importantes de mi vida hoy por hoy y sin ellos no estaría acá. Hay que reconocerlo y ser agradecido con ellos y con el club. Hay un equipo: kinesólogo, nutricionista, deportólogo, psicólogo, son muchos… Y obviamente la familia y los amigos que están día a día apoyando.
-¿Qué pensás de lo que representa conseguir un resultado y el trabajo de cada día?
-Siempre digo que los resultados es lo que se ve, pero lo que importa es la autosuperación del día a día y este premio refleja eso. Me emocioné demasiado y eso que me contuve. Quiero agradecer por este reconocimiento. Más allá de haberme enojado en su momento por perder por poco una medalla de oro o una medalla de plata, el deporte no es una carrera. El deporte es el día a día.
Nota: Florencia Cordero
