Me dicidí: voy a votar a Scioli y a todos los candidatos K

Por Pablo DócimoSaben que soy anti k desde siempre, o sea, lo que ellos denominan un perfecto «gorilavendepatriacipayo»,  y/o «golpistadestituyenteempleadodemañeto».

Pablo Dócimo

Pablo Dócimo

Pero no solo lo voy a votar a Scioli, sino que además voy a hacer campaña y tratar de convencer a todos los que pueda para que también lo voten.

Al leer esto más de uno se va a preguntar: ¿Pero que le pasa a este, hizo la «Gran Víctor Hugo Morales»? ¿Le pusieron unos mangos y se hizo kirchnerista de golpe? No, nada de eso… lo que pasa es que desde hace rato vengo pensando que nos conviene, que sería lo mejor que nos puede pasar a los argentinos en un futuro próximo, y llegué a la conclusión de que lo mejor que nos puede pasar es que sea Scioli nuestro próximo presidente.

Tengo por costumbre tratar de demostrar, siempre, lo que digo. Equivocado o no, siempre expongo mis argumentos, que no significa que sean los correctos, simplemente son MIS argumentos, y esta vez no va a ser la excepción, así que aquí va mi explicación de porqué voy a votar a Scioli.

En marzo de este año escribí un artículo que titulé «No tengo a quien votar, ¿y usted?» donde planteaba lo siguiente:

Reflexionemos y, estimado lector, hágase las siguientes preguntas:

¿Qué candidato promete juzgar y encarcelar a todos los corruptos?

¿Qué candidato promete bajar el gasto público?

¿Qué candidato promete reformar el sistema impositivo?

¿Qué candidato promete reformar el sistema burocrático administrativo estatal?

¿Qué candidato promete bajar la edad de imputabilidad de los delincuentes, y realizar una verdadera reforma judicial para terminar con la delincuencia?

¿Qué candidato promete realizar un efectivo y real plan de viviendas?

¿Qué candidato promete eliminar el Fútbol para Todos?

¿Qué candidato promete eliminar los planes sociales?

Lamentablemente, ninguno. Ningún candidato de los que se perfilan como «presidenciables» habla de estos temas, salvo que algún periodista le haga alguna pregunta específica, pero además no tienen la menor idea de cómo hacerlo.

Alguna vez alguien dijo: «¿A qué gobernante de países desarrollados no le gustaría gobernar con la impunidad que lo hacen los de los países tercermundistas? A cualquiera, pero existe un pequeño detalle, y es que sus propios pueblos no se lo permitirían«.

Pero además, un mes antes, en febrero de este año, había escrito otra nota que titulé «Cómo será el campo minado que dejará el kirchnerismo».

En dicho artículo decía, entre otras cosas lo siguiente:

Vamos a detallar, entonces, los cinco puntos más salientes, urgentes e importantes que deberá solucionar la próxima administración.

Pago de deuda

El pago a los ahorristas, tras el fallo del Juez Thomas Griesa es ineludible.

Como hemos visto, hasta ahora, el kirchnerismo busca cualquier tipo de excusa para justificar lo injustificable, pero la sentencia fue dictada, y las sentencias hay que cumplirlas, si es que pretendemos ser un país medianamente serio, cosa que hoy no somos.

Retraso cambiario

Este será, sin dudas, el punto más conflictivo a resolver, principalmente por el impacto que trae, tanto en lo material como en lo psicológico, corregir el precio del dólar. Eso se llama devaluar, palabra que ningún gobernante quiere utilizar, y que no por casualidad, nadie de este gobierno la pronuncia.

El valor ridículo del dólar oficial está perjudicando de manera implacable a todo el sector productivo exportador, y eso se traslada, indefectiblemente en la economía doméstica.

Tarifas

Otro punto inevitable será el sinceramiento de las tarifas públicas.

Un simple ejemplo, mínimo, sería que hoy un viaje en colectivo debería costar alrededor de diez pesos, sin el subsidio, obviamente, y así podríamos seguir con una lista larguísima, desde las tarifas de luz, agua y gas hasta el precio de la leche, solo por citar algunos ejemplos.

Gasto público

El gasto público lo podríamos denominar como el emblema del kirchnerismo, ya que fue esta su principal «política de estado», por llamarlo de alguna manera.

Evidentemente, parecería que todavía nadie dentro del Frente Para la Victoria se enteró de que el gasto público sin respaldo es lo que genera inflación, y recortar ese despilfarro de fondos que va desde el gasto en propaganda, pasando por la cantidad descomunal de empleados públicos hasta el engendro del «Fútbol para Todos» -entre tantísimas otras cosas- recibirá, como es previsible, gran resistencia por un sector importante de la población.

Planes sociales

Si bien, el gasto de los planes sociales lo podríamos encuadrar dentro del gasto público, este es un tema mucho más complejo, ya que trae aparejado un problema social que no es necesario aclarar.

No es ningún secreto que los planes son la principal herramienta del kirchnerismo para generar clientelismo. No es ningún secreto que quienes reciben planes sociales son rehenes del gobierno, y son utilizados no solo a l hora de emitir un voto, también son utilizados para concurrir a los actos públicos para «hacer número» para la foto.

Más allá de otras muchas cuestiones, como la principal que deberá solucionar el próximo gobierno que es la inseguridad -problema número uno hoy por hoy para la inmensa mayoría de la población- este es el panorama que deberá afrontar el próximo gobierno, y todos sabemos que por más que se tomen las decisiones correctas, cuando se requiere de cirugía mayor para curar al enfermo, siempre, indefectiblemente, hay un costo político.

Todo dependerá de cómo estas intervenciones quirúrgicas se hagan y de cómo lo asimile el paciente, o sea, el pueblo argentino.

Por lo tanto, si tengo en cuenta que ninguno de los posibles presidentes va a hacer lo que creo que se debería hacer, (por lo menos es lo que pienso y de lo que estoy seguro) lo mejor sería que el que pague la fiesta y se haga cargo del desastre que van a dejar sea uno de ellos.

Seamos honestos, gane quien gane, pueden pasar dos cosas. Cambiar rotundamente o seguir con lo mismo.

Para cambiar rotundamente, cosa que dudo haga quien sea electo, quien lo intente va a tener que pagar un costo muy alto, y no creo que ninguno esté en condiciones de hacerlo. Y si a eso le sumamos que tendrá al peronismo/kirchnerismo como oposición, será prácticamente imposible.

Si seguimos con lo mismo, o sea, una economía totalmente ficticia sustentada en imprimir billetes que en cualquier momento explota, entonces, que se hagan cargo ellos del desastre que están dejando.

Lo que viene va a ser muy duro, no tengo dudas, y por eso mismo, prefiero que de una buena vez por todas les explote la bomba en las manos a los responsables, a los que la crearon y activaron y, como decimos vulgarmente, que sean ellos los que paguen la fiesta y no que la miren desde afuera y encima digan: «Vieron, si estábamos nosotros esto no pasaba».