Una Argentina distinta en cada tiempo terminó empatando con Paraguay

(Redacción) – Un primer tiempo en el que el fútbol atildado y punzante pareció marcar la diferencia, y un complemento con errores defensivos que permitieron un empate final que preocupa.

Argentina comenzó el partido tocando pacientemente la pelota frente a una selección paraguaya que le cedió la tenencia abroquelándose en su campo.

Pon paciencia y precisión los albicelestes giraban en torno a la habilidad de Messi, eje de la mayoría de los ataques, y la velocidad de un Agüero que jugaba uno de sus mejores partidos con la Selección.

La firmeza de Mascherano en el medio, cortando los tibios intentos guaraníes y el desmarque constante de Di María, completaban un panorama en el que se notaba que el gol era tan sólo una cuestión de tiempo.

A los 28′ un grave error de la defensa paraguaya -dio la sensación que el defensor Samudio se apresuró asustado por la presencia de Messi e intentó pasar la pelota a su arquero Ávila- permitió que un atento Agüero quedase sólo frente al golero y tras eludirlo pusiera a su equipo 1-0 arriba.

Poco después, a los 36′, una inexistente falta del mismo Samudio marcando a Di María fue cobrada por el colombiano Wilmar Roldán le permitió a Messi colocar de penal el 2-0 con un tiro esquinado que ingresó junto al palo izquierdo del arco paraguayo.


Con ese resultado Paraguay pareció querer acercarse al área argentina en busca del descuento, pero la tibieza de los intentos hizo que la defensa, bien acompañada por Mascherano y un Banegas muy activo en ese sector y en el ataque, resolviese con tranquilidad todos y cada uno de los avances haciendo que Romero fuese tan sólo un espectador privilegiado desde el arco.

Con un claro penal cometido por Pablo Da Silva contra La Pulga -y que tal vez Roldán utilizó para compensar su equivocación anterior al no cobrarlo- se fue un primer tiempo en el que nuestra selección jugó un fútbol paciente, efectivo y con un toque permanente que la convirtió en dominadora excluyente del período.

Argentina salió con todo al segundo tiempo y en los primeros minutos marcó una superioridad clara, con toques constantes y ahora con una profundidad lograda por el adelantamiento de Paraguay.

La movilidad de Di María fue demasiado para el dubitativo González, quien se ganó la amarilla por una fuerte falta contra el ex Lanús y fue perdonado por una aún más violenta apenas un minuto después.

En este lapso se notó mucho trabajo del equipo nacional en base a jugadas preparadas para contrarrestar en los centros la altura de los defensores paraguayos. El equipo, concentrado y agresivo, maniató a su rival que pocas veces lograba pasar la mitad de la cancha.

El asedio se hizo más notorio, pese a la intención paraguaya de acercarse con centros aéreos y arco de Romero, y en varias ocasiones la falta de justeza de los delanteros nacionales evitó que el resultado fuese aún mayor.

En este tramo del partido adquirió lucimiento la búsqueda mutua entre Messi y Di Maria, lo que le dio una gran fluidez a los ataque.

Y fue un encuentro en velocidad entre el capitán y Pastore a los 12′ a punto estuvo de convertirse en el tercer gol pero fue milagrosamente salvado por Ávila.

Un mal rechazo de Garay a los 14′ le permitió a Haedo Valdéz disparar en soledad frente a  Romero que sacó el tiro en forma espectacular.

Un minuto después el mismo Haedo Valdéz recibió un pase de Ortigoza en las afueras del arco argentino y esta vez pudo doblegar al golero argentino para colocar un 2-1 que no representaba lo que uno y otro habían hecho en el partido, pero lo dotaba de gran emoción.


A los 18′ una majestuosa jugada de Messi, desparramando en velocidad a media defensa paraguaya, terminó con un tiro cerrado que salió a centímetros del palo izquierdo del área paraguaya sin que ningún delantero argentino pudiese empujarla.

A los 20′ Ávila sacó milagrosamente al córner un buen tiro de Pastore que había quedado sólo frente al arco tras una gran jugada de Di María. Argentina era más y todo parecía indicar que el descuento paraguayo no le había hecho mella.

Sin embargo algunos desencuentros defensivos le dieron a los guaraníes la posibilidad de anotar y fue así que a los 21 y 22′ estuvo a punto de empatar el marcador, sobre todo en una jugada en la que el autor del gol del descuento no pudo enganchar la pelota.

Era un partido de ida y vuelta en el que Argentina generaba las mejores ocasiones pero sin poder concretarlas. Tal vez por eso Martino dispuso dos cambios claramente ofensivos al hacer ingresar a los 25′ a Tévez por Pastore y a Higuaín por el Kun Agüero que daba algunos signos de cansancio.

Un minuto después otro grosero error de la defensa argentina lo dejó a Santa Cruz sólo frente a Romero pero su tiro fue magistralmente desviado al córner por el arquero, que comenzaba a ser figura.

Ahora Paraguay dominaba el juego y ponía en evidencia los desajustes de la defensa nacional, mal parada y peor coordinada.

Buscando el equilibrio perdido el DT argentino dispuso a los 26′ el ingreso de Lucas Biglia por un Banegas que mucho había corrido y aportado en ataque pero que ya no volvía a posiciones defensivas con la velocidad necesaria.

Una innecesaria falta de Otamendi le valió la tarjeta amarilla, la segunda en Argentina ya que en el primer tiempo Roncaglia había recibido la primera por un infantil codazo ante Bobadilla.

El partido entró en el terreno de la confusión, con ambos equipos dando las primeras muestras de cansancio –había sido un segundo tiempo de una intensidad no habitual en el fútbol sudamericano– pero sin que Paraguay desistiera de su intención de empatar ni Argentina de ampliar su ventaja en el marcador.

Pero a los 89′ otra desinteligencia de la última línea permitió que un centro aparentemente inofensivo de Ortigoza en un tiro libre fuera bajado por Haedo y  Barrios  con un largo tiro derrotara a Romero colocando un empate sorpresivo pero ahora justo.

Un final con sabor agridulce, que mezcla el buen andaro ofensivo y el fútbol paciente del primer tiempo con la Argentina desordenada y partida al medio de la segunda etapa que le permitió a paraguay rescatar un punto que al final de los 45′ parecía imposible.

Formaciones:

Argentina: Sergio Romero; Facundo Roncaglia; Ezequiel Garay, Nicolás Otamendi y Marcos Rojo; Ever Banega (S.T: Biglia), Javier Mascherano y Javier Pastore (S.T: Carlos Tévez); Lionel Messi. Sergio Aguero (S.T: Higuain) y Angel Di María.

DT: Gerardo Martino.
Paraguay: Justo Villar; Marcos Cáceres, Paulo Da Silva, Pablo Aguilar y Miguel Samudio; Raúl Bobadilla (S.T:Benítez), Víctor Cáceres, Néstor Ortigoza y Richard Ortiz; Nelson Haedo Valdéz y Roque Santa Cruz (S.T: Lucas Barrio).

DT: Ramón Díaz.

Goles

P.T: 28′ Agüero (A) y 36′ Messi (A) (penal)

S.T: 15′ Haedo Valdéz (P) y 89′ Barrios (P)

Estadio: La Portada (La Serena, Chile)

Arbitro: Wilmar Roldán (Colombia)