El equipo «cervecero» será esta noche el que intente frenar a Quimsa de Santiago del Estero que ante Peñarol dio la sensación de estar un peldaño arriba de todos los equipos de la Liga Nacional de Básquetbol.
El cotejo se jugará a partir de las 21 en el estadio de Once Unidos, con la previa habitual de la presentación de los juveniles de ambos conjuntos por la Liga de Desarrollo.
El equipo ?tricolor?, no obstante, llega con buenas sensaciones a este encuentro. Porque cortó el lunes la mala racha con un angustioso triunfo frente a Olímpico de La Banda y porque hace doce días estuvo a punto de imponerse, con las bajas de Marín y Vildoza, en la misma cancha de Quimsa y recién inclinó el rey en tiempo suplementario.
Quilmes, en ese sentido, se potenciará en relación a ese encuentro. Por jugar en la cancha donde más cómodo se siente y porque podrá contar con Luca Vildoza. El ayuda base actuó el último lunes ante Olímpico sin recurrir a una infiltración y se sintió bien. Y en la fisura del dedo menor de uno de sus pies ya comienza a formarse una callosidad que es una buena señal.
La mala para el conjunto marplatense es que seguirá con Federico Marín y Lucas Ortiz afuera del equipo. Al alero no lo abandonan los dolores por la hernia de disco y está descartado. ?Como está hoy, no creo que llegue para el primer cotejo de la gira ante Gimnasia de Comodoro Rivadavia. Aunque si evoluciona bien, tal vez podría sumarse al equipo en Buenos Aires?, se ilusiono Leandro Ramella.
Ortiz sigue con fuertes dolores por el golpe que recibió debajo de su rodilla en la gira por Santiago del Estero. ?En un principio, tenía para una semana. Ahora son quince días. Lucas está muy amargado?, confió el DT.
Ortiz venía de una lesión que le había hecho perder casi todo el año 2014 y recién había reaparecido en el primero de los dos clásicos de diciembre frente a Peñarol. Apenas jugó 13 partidos de la temporada.
La clave para el equipo marplatense será repetir la defensa realizada en Santiago del Estero, donde dejó a Quimsa en 71 puntos durante el período regular.
También que los santiagueños no asuman este partido con la misma determinación con la que enfrentaron a Peñarol. El martes jugaron como para demostrarse a sí mismos y demostrar a todos que están para grandes cosas. En ese nivel, con esa fiereza para defender, con tantas variantes ofensivas, están en otra dimensión.
Quilmes se encomienda a una noche apenas normal del mejor equipo de la competencia. Y a hacer lo suyo al límite de sus posibilidades para aspirar a darle a sus hinchas una de las mayores alegrías de la temporada.
Fuente: La Capital